Un viernes nublado, como el tiempo, en bolsa para Gestamp, pues la cotización cae algo más de un 2%, lejos del comportamiento de hace una semana (+11%), aunque al cierre de la sesión ha rebajado el descenso al 1,56%. Parece que al mercado no le ha gustado que Francisco José Riberas haya recuperado todo el poder ejecutivo tres años después de que lo dividiera debido al salto al parqué y el motivo se debe a la renuncia del CEO, Francisco López Peña, en plena crisis del coronavirus.
El fabricante de componentes metálicos automovilísticos acumula unas pérdidas de 92 millones de euros en los nueve primeros meses. López Peña dejará la silla de CEO el próximo 1 de enero, pero seguirá trabajando en Gestamp con funciones de dirección y como consejero, compañía a la que llegó en 1998 como director de Desarrollo Corporativo y en la que también ha sido director financiero, hasta que fue nombrado CEO en la primavera de 2017.
Recuerden que Gestamp se creó en 1997 y tiene como principal accionista al holding de la familia Riberas, Acek Desarrollo y Gestión Industrial, que controla el 77,86%. En sus inicios, Francisco José Riberas asumió el cargo de CEO, al que sumó el de presidente en 2010, con la salida a bolsa en 2017 pasó a compartir funciones ejecutivas con López Ceña y ahora las recuperará. Su hermano Juan María Riberas es vicepresidente y consejero dominical del Gestamp.
Paralelamente, el fabricante de componentes metálicos automovilísticos ha acordado actualizar la estructura corporativa “con el fin de darle mayor impulso de cara a los importantes retos de futuro del sector del automóvil y del propio Grupo Gestamp”, ha señalado en el hecho relevante remitido a la CNMV. Por ello, creará dos direcciones generales que reportarán al presidente ejecutivo: Fernando Macías será director general de Operaciones y Juan Barrenechea, director general Comercial.