Google dejará de seguirle a lo largo y ancho de Internet con su navegador Chrome. Esto lo ha prometido públicamente y, por supuesto, lo hará en pos de su privacidad, querido lector… pues no.
Por el contrario, en la práctica, lo que va a hacer es consolidar aún más su ya de por sí lucrativo cuasi monopolio publicitario, eliminando a sus competidores y utilizando la posición de dominio que le permiten Chrome, Android y Google para eliminar cualquier tipo de competencia. Busca el 100 por 100 de la publicidad en Internet mientras la prensa, a la que roba sus noticias, atraviesa la crisis más profunda de toda su historia.
En concreto: el buscador de Larry Page y Sergey Brin, hoy liderado por Sundar Pichai (Pichai Sundarajan), eliminará de su Chrome las cookies de terceros de forma progresiva.
Una cookie de tercera parte es un programita que se instala en el navegador al pasar por una web y sirve para que le re-impacten con publicidad en otra página. Piense en cómo encuentra el mismo coche cuando va usted a una red social o a ver un periódico. Google lo sabe todo sobre usted pero ahora pretende que sólo lo sepa él.
No, en Hispanidad no sucede eso porque aquí la publicidad es manual y prescinde de todos estos artefactos.
El 70% de los internautas usan Google-Chrome como navegador y hasta el 96% en móvil. Su sistema Android es utilizado por el 85%. Es decir, Google tiene el cuasi monopolio en navegación, móvil y búsquedas
No seamos ingenuos: que Google certifique la muerte de las cookies de tercera parte es el primer paso para que las únicas cookies válidas sean las del propio Google dado que el navegador más usado es Chrome. El 70% de las personas usan Google Chrome como navegador, pero en el móvil (que, a su vez representa un 70% de la navegación por internet a día de hoy) Android (el sistema Google) tiene una cuota de mercado del 85% y del 96% en buscadores. Google tiene los monopolios de navegadores, móviles y no digamos nada de búsquedas.
El 85% de los ingresos de Google provienen de la publicidad. Google y Facebook controlan hoy casi dos tercios del mercado de la publicidad online y, además, este porcentaje no deja de crecer (Amazon mediante). Si Google quiere re-impactarle tras pasar por una página web o, en definitiva, si quiere segmentarle tan sólo tiene que preguntarle a su navegador, a su móvil, o ver su historial de búsquedas. Por no hablar de los datos que tiene Google Analytics, en Search Console, etc.
Las cookies de tercera parte permiten a Google y también a Facebook, Outbrain, Taboola, Quantcast..., por decirlo finamente, ‘personalizar’ su experiencia de navegación. Vamos, que Google lo sabe todo sobre usted y ahora pretende dominar su privacidad de forma definitiva, del todo, para acrecentar su beneficio.
Cargándose las cookies de tercera parte Google se carga a su competencia, no a la publicidad que usted recibe. Al quitar las cookies de tercera parte Google aprovecha una vez más su superioridad tecnológica y su gigantesca base de clientes que no pagan pero por los que los anunciantes sí están dispuestos a pagar, mientras crea una barrera de entrada para la competencia. Si un anunciante quiere mostrarle publicidad segmentada y re-impactarle dónde y cuándo quiera, sabrá que con Google es el único con el que puede hacerlo. Publicidad programática, que le dicen.
No lo duden: Google lo sabe todo de usted, pero todo lo hace por usted.