- El ministro heleno de Finanzas pone prólogo a la reunión en un artículo en The New York Times.
- Grecia, dice tiene unas 'líneas rojas' que no va a pasar sean cuales sean las consecuencias.
- El ministro alemán sostiene que el problema está en que "Grecia ha vivido mucho tiempo por encima de sus posibilidades".
- El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, sólo contempla un buen acuerdo que permita una nueva fase en la relación con Grecia.
Grecia ocupa y preocupa a los ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo. Hoy lunes se reúnen en Bruselas para encontrar una solución política al problema heleno, que no es otro que prorrogar o no un rescate. Recordemos que el actual programa expira el próximo 28 de febrero. Y es que, si la cosa no cambia, el país mediterráneo se va a quedar sin dinero muy pronto...
El prólogo a la reunión ha venido del ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis (en la imagen), que, a través de un artículo en The New York Times, dejaba claro hoy que su país no abandonará sus "líneas rojas" en su negociación con el Eurogrupo sobre el rescate y la deuda y al margen de las consecuencias que tenga. Entre otras cosas, Varoufakis dice: "No más préstamos, no hasta que tengamos un plan creíble para hacer crecer la economía y poder devolver estos créditos. No más programas de 'reformas' que se dirigen a los pensionistas pobres y a las farmacias familiares, dejando sin tocar la corrupción a gran escala". Varufakis ha insistido, además, en una entrevista con el diario griego Kathimerini, en que Grecia no tiene ningún Plan B para el caso de un fracaso de las negociaciones y que acude a ellas con la "firme postura" de que se puede alcanzar un acuerdo, aunque sea en "el último minuto".
Los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro abordan desde el viernes, junto a las instituciones de la troika -la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- el asunto. Pero no han encontrado ninguna solución.
Los griegos siguen proponiendo lo mismo, una especie de programa puente que le permita hacer frente a los pagos que tiene por delante, pero no quiere las condiciones (ajustes y reformas) que le exigen sus socios. Ese programa puente consistiría en una nueva prórroga del actual rescate; y, a cambio, el nuevo Gobierno griego se compromete a la lucha firme contra la corrupción y contra la evasión fiscal. El Eurogrupo, en cambio, no da ni un euro si no es a cambio de un compromiso por escrito para hacer esas reformas y ajustes.
El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, se ha mostrado abiertamente "pesimista" sobre la posibilidad de forjar un consenso. Sin embargo, el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha señalado que sólo contempla un escenario y una voluntad: "Que lleguemos a encontrar un buen acuerdo que nos permita abrir una nueva fase en las relaciones entre Grecia y la UE. Es eso lo que queremos. Cualquier otro escenario es especulativo y son escenarios que no deseamos".
Tampoco ha sido optimista el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble: "De lo que he oído este fin de semana sobre los aspectos técnicos, soy muy escéptico, pero hoy tendremos un informe y después veremos". Schauble ha añadido: "Lo siento por los griegos: han elegido un Gobierno que de momento se comporta de manera bastante irresponsable" y que Alemania no desea que Grecia abandone la zona euro, pero que Atenas tiene que cumplir las condiciones básicas del plan de rescate.
"El problema es que Grecia ha vivido por encima de sus posibilidades durante un largo periodo de tiempo y nadie quiere volver a prestar dinero a Grecia sin garantías", ha concluido Sacheuble.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com