- Después de la salida de OHL de Abertis, le toca el turno a Ferroatlántica y Fertiberia.
- El lastre es la deuda y depende de esa losa que la constructora sea fuerte y solvente, aunque acabe jibarizada.
- Moody's aplaude las últimas desinversiones, pero se lo piensa, antes de mejorar la nota.
- Fertibería es líder en fertilizantes pero no cotiza en bolsa: más difícil de enajenar.
- Ferroatlántica sí cotiza, pero comparte propiedad con la americana con la que se fusionó, Grobe.
Ferroatlántica, con más probabilidades, y
Fertibertia, con menos, pero ambas candidatas en las desinversiones del Grupo Villar-Mir para que
OHL vuelva a ser un grupo fuerte, solvente y despeje a córner el problema que le pesa como una losa: el
apalancamiento.
OHL ha dado pasos importantes para aligerar el lastre de la deuda con la salida de
Abertis y otras desinversiones, pero necesita algo más para dejar en mucho menos la
deuda de 3.510 millones de euros (al cierre del primer semestre). De lo contrario, tendrá complicado recuperar la
confianza de los inversores y cuanto antes. En eso coinciden todos los analistas.
Otra cosa es que sea fácil. Todo lo que pasa en OHL, que preside
Juan Villar-Mir de Fuentes, es mirado y remirado por su padre,
Juan Miguel Villar-Mir, que cedió el testigo a su hijo en julio (
ambos en la imagen), pero sigue al frente del
Grupo Villar-Mir, la sociedad patrimonial que controla las tres empresas,
OHL, Ferroatlántica y Fertibertia.
Con la salida de Abertis, por cierto, OHL ha dicho adiós a lo que parecía una
gran alianza con La Caixa, aunque Juan Miguel Villar-Mir sigue como el
único consejero en la concesionaria por el grupo, a título personal (por el 2,5%).
Las razones de las desinversiones son siempre las mismas: la urgencia para hacer frente a sus compromisos para pagar la
deuda financiera del Grupo Villar-Mir, que asciende a 14.000 millones de euros, demasiados.
La patrimonial también
ha hecho los deberes para aliviar la deuda. Ha vendido
Torre Espacio, en la que tiene su sede (finales de 2015) o el 10% del
Centro Canalejas (centro de Madrid), aunque en este caso
colgando el mochuelo al conjunto de los accionistas de OHL. Fue la constructora quien compró el 10% del centro que puso en venta el Grupo Villar Mir (ahora tiene el 65%).
En el caso de OHL, los ingresos por las últimas ventas suman 1.000 millones: los 600 por la última venta del 4,4% de Abertis y otros 400 millones por la venta de
OHL México del 24% de la filial
OPI, concesionaria de la primera autopista en ese país. Y añadan también las sucesivas colocaciones de la participación en
Colonial, con los que se ha embolsado otros tantos millones.
Pero
la deuda sigue pesando como una losa y es en este punto donde emergen las otras dos grandes empresas del Grupo Villar-Mir, Fertiberia y Ferroatlántica, todo, una parte, o a trozos, que podrían salvar a OHL. Las dos empresas tienen pros y contras.
El grupo Fertiberia es
líder en el sector de fertilizantes, con 3.300 empleados y numerosas filiales, pero no cotiza en bolsa. Eso siempre es un
hándicap para vender una parte.
Ferroatlántica sí cotiza en bolsa y es más fácil de valorar, en su conjunto o por partes (por su cotización supera los 3.000 millones de euros). Es un
gigante metalúrgico en toda regla, fruto de la
fusión (2015) de la española con la americana
Globe Specialty Metals, que se reparten a medias la propiedad. Desde entonces tiene su sede en Londres.
Todo lo que haga o deje de hacer
OHL, en cualquier caso, para remediar el apalacamiento es meticulosamente observado por los analistas. A
Moody's, por ejemplo, le ha gustado la salida de Abertis (del 13,9% en junio al 2,5%, tras la venta en dos tramos, 7% en julio y hace unos días 4,4%). Es la misma agencia que
le puso en un compromiso en agosto, al rebajarle el rating, aunque ahora -esta semana- la vuelve a mirar con mejores ojos.
Rafael Esparza