Naciones Unidas ha dado un paso importante para agilizar el proceso de ilegalización de la Iglesia católica. La oficina de DD.HH. que dirige Michelle Bachelet ha enviado un cuestionario a grupos LGTB para que identifiquen a políticos, líderes religiosos y organizaciones de todo el planeta que de alguna manera se hayan opuesto a la agenda LGTB, según C-Fam, que informe sobre el terreno.
“¿Quiénes son los principales actores que argumentan que los defensores de los derechos humanos de las personas LGTB están promoviendo una llamada ‘ideología de género’?”, pregunta la encuesta. “¿Cuáles son sus principales argumentos?”, “¿Han sido efectivos en retroceder los derechos humanos de las personas LGTB? ¿Sus estrategias también han afectado directa o indirectamente a los derechos humanos de las mujeres y las niñas?”, añade.
¿Comprenden? La oficina de DD.HH. de la ONU da por hecho que los que se oponen de alguna manera a la agenda LGTB están en contra de los DD.HH., por lo que deben ser identificados para más tarde ser castigados. Este último paso aún no lo han anunciado, pero sólo será cuestión de tiempo que lo hagan. De momento, los identifican.
Más aún, la encuesta solicita a los grupos LGTB “ejemplos en los que el concepto de género se haya utilizado en narrativas religiosas o narrativas de tradición, valores tradicionales o protección de la familia” y en oposición a las nuevas leyes y políticas LGTB.
En su afán por criminalizar, no ya a la Iglesia católica sino incluso al cristianismo, la ONU vuelve a la carga contra la objeción de conciencia: deja de considerarlo un derecho humano fundamental para considerarlo una mera “figura”.
El proceso para ilegalizar a la Iglesia ya está en marcha y el siguiente paso será entregar las conclusiones de este informe al experto independiente de la ONU sobre protección contra la violencia y la discriminación por orientación sexual e identidad de género, el costarricense Víctor Madrigal-Borloz, para que lo lleve al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra.
Todo esto sucede, no hay que perderlo de vista, en el marco del Nuevo Orden Mundial que persigue resetear la sociedad, según la terminología utilizada en el último Foro de Davos, para instaurar un gobierno global y una religión universal.
En este contexto hay que entender, también, el proyecto de ley que presentó en 2020 el partido demócrata en EE.UU. -Ley de Respeto Global- para sancionar a todos los extranjeros que se opusieran a los derechos LGTB.