• De momento, el grupo francés PSA (Peugeot y Citroën) sólo confirma conversiones para comprar la división europea de GM (Opel y Vauxhall).
  • Para General Motors sería un paso más en su saneamiento pero cumple las órdenes de la Casa Blanca.
  • El gigante de Detroit  no sale de su pesadilla en Europa y al grupo francés le ha comido terreno Renault.
  • Y a los dos les sienta bien en bolsa: Peugeot se dispara ante la posible compra de Opel y GM también.
El fabricante de automóviles francés PSA ha decidido dar cuerpo a la hipótesis y ha confirmado que sí, que estudia comprar a General Motors (GM) su división europea (Opel). Los dos grupos están atados en una alianza desde 2012 (GM tiene el 7% de PSA) pero esa adquisición marcaría un giro significativo para arreglar las cuentas de uno y otro. Pero hasta eso, si finalmente llega a buen puerto, tardará. Una operación de fusión está más lejos todavía. Es cuestión de hacer cifras (los dos valores suben en bolsa son fuerza) y preparar el terreno para lo que se avecina en el sector, con el compás que ha marcado el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, y su empeño que las plantas americanas vuelvan a fabricar como antaño. La situación de General Motors, que tuvo que ser rescatada durante la crisis, no es cómoda. Sigue en proceso de saneamiento, pero lleva ya 16 años de pérdidas en Europa, con las dos marcas con las que opera, Opel y Vauxhall. En paralelo, PSA, propietario de las marcas Peugeot y Citroën, necesita crecer y acercase así al terreno que le ha comido el segundo fabricante europeo, Renault (con récord de beneficios y ventas en 2016). El interés de PSA en comprar la división americana de GM llega una semana después de los resultados del gigante de Detroit, cuyo beneficio cayó un 2% a pesar del buen comportamiento de las ventas en EEUU. En Europa acumula ya unas pérdidas de 15.000 millones. Tendría sentido, en consecuencia, que la alianza con PSA vaya a más para mejorar, en los dos casos, rentabilidad y eficiencia. Si Peugeot adquiere Opel, se convertiría en el segundo fabricante europeo después de Volkswagen (ahora, número uno mundial, por delante de Toyota y con GM en tercera posición) y si GM la vende llegaría al equilibrio de sus cuentas el próximo año. Rafael Esparza