El presidente ejecutivo internacional de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Thomas Heine-Geldern, agradeció al Papa Francisco su iniciativa de oración por el Líbano y señaló que el país necesita “solidaridad y oración con más urgencia que nunca”, recoge Aciprensa.
Al finalizar el rezo del Ángelus este 30 de mayo en la plaza de San Pedro, el Santo Padre anunció que el próximo 1 de julio se realizará una Jornada de reflexión y oración por la preocupante situación en el Líbano en la que participarán los principales líderes de las comunidades cristianas presentes en el país.
En un comunicado, Heine-Geldern indicó que ACN se alegra del anuncio del Pontífice “que acoge con gran satisfacción” y señaló que el Papa Francisco demuestra con este gesto “cuánto le importa el destino del pueblo libanés”.
“El Líbano es un eje para el cristianismo en Oriente Medio y necesita nuestra solidaridad y oración con más urgencia que nunca”, resaltó
ACN subrayó que como fundación han ayudado por décadas a los cristianos en el Líbano, que representan “alrededor de un tercio de la población total” del país, que es “hogar de una de las comunidades cristianas más grandes de todo Oriente Medio”.
“El Líbano es también símbolo de la coexistencia de religiones. Como dijo acertadamente el Papa Juan Pablo II: el Líbano es más que un país, el Líbano es un mensaje”, agregó.
La fundación lamentó que “el futuro del cristianismo en la región de los orígenes de nuestra fe se ha vuelto cada vez más sombrío en los últimos años” y señaló que continúa el éxodo migratorio de los cristianos del Líbano y países vecinos por la difícil situación política, económica y social.
“A través de nuestros socios del proyecto, lo experimentamos de primera mano: La inestabilidad política, la corrupción y las crisis económicas están destrozando el Líbano. La explosión en el puerto de Beirut, el agosto pasado, fue como el culmen de la catástrofe humanitaria”, señaló.
El 4 de agosto de 2020, una explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en un almacén del puerto de Beirut dejó más de 150 fallecidos, más de 5 mil heridos y gran parte de la ciudad destruida. La magnitud fue tan grande que incluso se llegó a sentir a 240 kilómetros de su epicentro, en la isla de Chipre.
A través de nuestros socios del proyecto, lo experimentamos de primera mano: La inestabilidad política, la corrupción y las crisis económicas están destrozando el Líbano
ACN indicó que “apoyar y fortalecer a los cristianos en el Líbano frente a esta situación desesperada ha sido la preocupación central” en los últimos meses y resaltó que como fundación buscan ayudar a los cristianos “a permanecer en su tierra natal y así cumplir su importante misión como motor de diálogo y paz”.
Sin embargo, lamentó que el Líbano “ha vuelto a desaparecer en gran medida del ojo público”, a pesar que continúa el sufrimiento de las personas como “resultado de la pandemia del COVID y las continuas dificultades económicas, incluso existe el temor a la hambruna”.
“La cooperación entre las Iglesias cristianas del Líbano es de vital importancia. Ellas son puntos de referencia tanto para las personas necesitadas como para los numerosos refugiados de Siria o Irak que buscan seguridad en el país”, señaló.
ACN resaltó que “es vital que las Iglesias cristianas en el Líbano hablen con una sola voz y sigan trabajando en estrecha colaboración” y señaló que para salir de la crisis actual “el país necesita oración, obras de caridad y el papel mediador de las Iglesias”.
Actualmente, la fundación pontificia ayuda a cerca de 50 proyectos en el Líbano y dedicó casi cuatro millones de dólares en la “reconstrucción en el barrio cristiano de Beirut después de la explosión en agosto de 2020, para apoyar el trabajo de sacerdotes y religiosas, así como al trabajo de acogida y ayuda de emergencia de la Iglesia con refugiados sirios”.