No debería ser así, pero la primera tarea importante de Pablo Hernández de Cos al frente del Banco de España será la de apaciguar a un cuerpo de inspectores profundamente cabreado. Es lo que ocurre cuando compruebas que tus informes quedan a expensas de lo que digan en Fráncfort. Y no en pocas ocasiones, esos informes acaban recluidos en un cajón.

Pero no solo eso. Los inspectores también están en pie de guerra porque consideran que su retribución se ha quedado desfasada. Para que se hagan una idea, cuando un inspector se incorpora al Banco de España empieza cobrando unos 50.000 euros brutos al año. Esta cantidad se va incrementando con el tiempo, pero muy poco a poco de tal manera que, al cabo de unos años, un inspector puede llegar a cobrar cerca de 60.000 euros anuales.

Una de las reivindicaciones históricas de este cuerpo ha sido la independencia

Supervisión teledirigida desde el BCE, sueldos comparativamente bajos… Hernández de Cos tiene tarea por delante. De momento, la Asociación de Inspectores y Auditores Informáticos del Banco de España (AIBE) ha convocado una reunión para el próximo lunes 26. Sobre la mesa, la aprobación de una nueva regulación sobre la profesión de inspector.

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Una de las reivindicaciones históricas de este cuerpo ha sido la independencia. Así, aprovecharon el informe elaborado por Antonio Busquets y Jesús Sánchez sobre la falsedad de las cuentas en el caso de la OPV de Bankia -el juicio comienza este lunes 26- para sacar pecho: miren cuán independientes somos que hemos detectado falsedad en las cuentas previa a la salida a bolsa. Tras entregar el informe al juez Andreu, los dos inspectores fueron aclamados en el cuerpo.

El problema es que, cuanto más sube uno, más grande es la caída después. Y eso es, precisamente, lo que ha ocurrido: tanto la Fiscalía como el FROB retiraron su acusación de falsedad contable al no advertir delito en las cuentas. En definitiva, lo que pretendía ser la gran muestra de independencia de los inspectores, se ha vuelto contra ellos.

Hernández de Cos tiene mucho trabajo por delante.