• Sería el gran, y peligroso, salto hacia adelante: una inversión de 2.500 millones de dólares.
  • Para la compra de entre 7 y 9 satélites que pondrá en venta el gigante Intelsat.
  • E Hispasat jugaría en la división de honor mundial.
  • Para ello, la empresa de Elena Pisonero debería convertirse en la tercera marca Abertis en cotizar en bolsa.
  • Eso sí, la puesta es arriesgada: el valor-empresa de Abertis se fija en 1.700 millones de euros.
  • Obstáculo: los franceses de Eutelsat podrían fastidiar la operación: existe un pacto de accionistas hasta 2017.
Hispasat es una satelital mediana, más bien pequeña, en un segmento de negocio en el que la aspiración general consiste en cubrir los cinco continentes. Por tanto, su futuro es una alternativa: o dar el salto hacia delante para convertirse en uno de los grandes o en ser vendido a uno de los grandes. Fallaron con el satélite israelí y, lo que es más importante, con el mexicano Satmex, precisamente ganado por sus socios, y sin embargo enemigo, de los franceses de Eutelsat, incrustados en Hispasat en mala hora. Pues bien, la empresa que preside la exsecretaria de Estado de Comercio, Elena Pisonero (en la imagen), se plantea ahora dar el salto. En contra de lo que se rumorea en el mercado, Hispasat aún no ha rechazado la idea de lanzarse a los entre siete y nueve satélites que pondrá a la venta el líder mundial, los norteamericanos de Intelsat. Con ellos, Hispasat no se convertiría en una satelital global pero daría un gran paso para jugar en al división de honor. Ojo, porque hablamos de un coste de unos 2.500 millones de dólares. Eso, para una empresa que, si extrapolamos los 120 millones de euros que pagó por el 10% de Telefónica, nos daría un valor-empresa (400 millones de deuda) de 1.700 millones de euros. En principio mucho, pero es una opción estratégica que aún no ha sido rechazada. En definitiva, en principio, demasiado para Hispasat. Por de pronto, habría que acudir a los mercados, y con ello, a lo mejor sería el momento de sacar Hispasat a bolsa. Y habría que reforzar la capacidad de gestión, aunque el cuadro de Hispasat no es precisamente moco de pavo. Habría que reforzarlo por la sencilla razón de que multiplicas el negocio. Y no pasaría nada porque el Gobierno colaborara en una empresa en la que ya participa y que constituye una apuesta estratégica para el país. No, no pasaría nada. Y si Hispasat saliera a bolsa, nos encontraríamos con tres firmas Abertis en el parqué: la matriz, Cellnex e Hispasat. Un último obstáculo: Eutelsat está en el accionariado de Hispasat con un 33,69%. Completan el 'queso' Abertis (57,05%) y sus socios oficiales: SEPI (7,41%) y CDTI (1,85%). Es decir, los franceses de Eutelsat, socios y competencia de Hispasat, son el segundo accionista de referencia. Además, recuerden a Hisdesat, la parte militar donde el Gobierno tiene todo que decir. En cualquier caso, el mayor problema es el mal francés, es decir, Eutelsat. Sobre todo porque existe un pacto de accionistas hasta 2017, pacto en el que los franceses podrían ejercer su veto, por ejemplo, para ampliar capital o salir a cotización. Pero, en cualquier caso, el gran salto continúa en estudio. Y la alternativa continúa latente: o crecer o desaparecer. Habría que apostar por crecer, crear alianzas y, sobre todo, situar al Gobierno español dentro, no como aportación monetaria sino como defensa. Y para eso habrá que esperar al nuevo Gobierno, al 21 de diciembre. Eulogio López eulogio@hispanidad.com