- No, no es un chiste... ni es 28 de diciembre.
- Estos cuatro países buscan paliar el «agujero» que ha causado el recorte de Trump -de unos 570 millones de euros- a las políticas abortistas de su antecesor Obama.
- Ya tienen el respaldo económico de Suecia (21 millones de euros), Dinamarca, Bélgica y Holanda (10 millones cada uno).
- Lo que, dicen, que les preocupa a estos países es la erradicación de la pobreza extrema, una tarea para la que, dicen, el acceso de mujeres y niñas a los servicios de salud reproductiva es un «elemento crucial».
- O sea, que para luchar contra la pobreza lo mejor es evitar que el pobre nazca, ya sea con anticonceptivos o, si no, mediante el aborto. Así de sencillo y de cruel a la vez.
Los ministros de Cooperación al Desarrollo de
Holanda, Bélgica, Dinamarca y Suecia y organizaciones proabortistas se conjuraron en apoyo al nuevo fondo internacional de aborto seguro, una iniciativa llamada «She Decides» (Ella decide), recoge
Infocatólica de agencias.
Una conferencia con ese nombre reunió en Bruselas a representantes gubernamentales y de organizaciones no gubernamentales (ONGs) que promueven el aborto y los anticonceptivos en busca de apoyo político, social y económico para esa iniciativa.
En este contexto, el grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo (PE) ha instado a los Estados miembros a comprometer fondos adicionales a la ayuda internacional en respuesta a la decisión contraria de la Administración estadounidense.
El fondo fue impulsado por la ministra holandesa de Cooperación, Lilianne Ploumen, en respuesta
a la decisión del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de eliminar las subvenciones que su país concedía a organizaciones abortistas en países en vías de desarrollo.
La iniciativa busca paliar el «agujero» que ha causado el recorte de la Administración estadounidense -de unos 570 millones de euros- y ya tiene el respaldo económico de Suecia (21 millones de euros), Dinamarca, Bélgica y Holanda (10 millones cada uno), unas cifras hechas públicas durante el evento.
«Tenemos buenas señales respecto a la recaudación, pero esta conferencia busca especialmente conseguir compromisos y poner las cosas en marcha», señaló el
ministro belga de Cooperación, Alexander De Croo, que instó a los asistentes a «arremangarse y actuar».
De Croo recordó que uno de los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas para 2030 es la erradicación de la pobreza extrema, una tarea para la que, dijo, el acceso de mujeres y niñas a los servicios de salud reproductiva es un «elemento crucial».
Ya saben: lo que estos países -como el tal Alexander De Croo- defienden es que para luchar contra la pobreza lo mejor es evitar que el pobre nazca, ya sea con anticonceptivos o, si no, mediante el aborto. Así de sencillo y de cruel a la vez.
Como en Egipto sólo que en la muy cristiana Europa.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com