Creer en un Dios Creador apenas tiene mérito porque hay que ser muy tonto para ser ateo: ¿Quién ha creado lo que existe?
Lo difícil es creer en un Dios-Padre, un Creador que no nos ha abandonado a nuestra suerte y que vive pendiente de la palabra del hombre.
Y sin embargo, tal es la verdad. Cristo es Creador, Redentor y Padre. Lo recitamos en el Credo. Dios es amor, decía san Juan, un tipo espabilado. Dios vive pendiente de la palabra del hombre aunque el hombre no se entere, o no lo acepte... y se desespere.
Y recuerden: Cuando el hombre le habla a Dios... Dios contesta. Sólo exige al hombre confianza en Él.
En tiempos de desesperanza como los actuales… conviene tenerlo en cuenta.