International Airlines Group (IAG) ha llegado a caer más de un 4% en las primeras horas de la sesión bursátil, aunque luego ha moderado algo el descenso hasta el 2,5%. ¿La razón? La peor decisión de su CEO, Willie Walsh, que casi un mes después de haber vendido parte de sus acciones, ha comprometido a España al anunciar la compra de aviones a Boeing en plena guerra comercial con el presidente de EEUU, Donald Trump.
Por ahora, es una “carta de intención” firmada para adquirir 200 aviones 737 MAX por unos 21.000 millones de euros, justo el modelo que está en suspensión de vuelos tras los accidentes en Etiopía e Indonesia y ha sido objeto de mejoras de seguridad. “Serán una gran adición a la flota de corto recorrido de IAG. Confiamos plenamente en Boeing y esperamos que el avión regrese con éxito al servicio en los próximos meses después de haber recibido la aprobación de los reguladores”, ha señalado Walsh.
Trump no sólo amenaza con aranceles a productos que importa de la UE, también llegó a plantearse cerrar los cielos, en plena crisis del Boeing 737 MAX
Sin embargo, no hay que olvidar que la mayor parte de la flota de IAG está compuesta por aviones de Airbus (cuenta con 241 del modelo A320, por ejemplo, a los que se suman otros 187 de otros modelos), frente a unos 123 de Boeing. Además, en el gigante aeronáutico europeo, España es uno de los accionistas, aunque tenga menos relevancia que Francia y Alemania. Y recuerden que el holding aéreo formado por British Airways, Iberia, Aer Lingus, Vueling y Level tiene su sede en La Muñoza, en Madrid, y el presidente no ejecutivo es el español Antonio Vázquez.
Walsh se ha lucido y encima lo ha hecho con el gigante aeronáutico estadounidense, justo unos días después de que Trump amenazara con aranceles al vino europeo (algo que ya hizo con los coches, aunque se ha dado un tiempo para tomar la decisión definitiva, pero que sí ha llevado a efecto con la aceituna negra española), aunque no es la primera vez: el pasado abril, propuso aranceles a productos de la Unión Europea como contraprestación por los subsidios que recibe Airbus. Y no sólo eso, el CEO de IAG parece haber olvidado que el presidente estadounidense llegó a amenazar con cerrar los cielos en plena crisis del Boeing 737 MAX.