- El holding aéreo anuncia un recorte anual en las inversiones de 8.000 millones.
- No tiene otra vía para sostener el dividendo prometido, pese a la caída de los ingresos.
- Mensaje subliminal de tranquilidad al accionista, pero sin mencionar el Brexit.
Los resultados hasta septiembre
IAG, presentados en octubre, se han complementado este viernes con su
día del inversor, en Londres, que da las claves de hacia dónde mira en estos momentos
Willie Walsh, consejero delegado (
en la imagen), en la
gestión del holding. La prioridad no son los trabajadores o los clientes, sino los accionistas.
¿Tiembla IAG por los efectos que pueda tener el Brexit? No ha habido mención al respecto, aunque en los últimos resultados, la depreciación de la
libra le supuso una
mordida de 372 millones en el beneficio operativo.
Al margen del Brexit, una cosa está clara: si los ingresos bajan, el único modo que tiene IAG para sostener la promesa en el
dividendo es recortando las
inversiones. Y eso sí ha quedado claro y no poco: 8.000 millones anuales.
A partir de ahí se entienden las previsiones que se mantienen y las que se caen en los objetivos del grupo que forman tres antiguas aerolíneas de bandera (
British Airways,
Iberia y
Aer Lingus) y la
low cost Vueling.
IAG ha anunciado, por un lado, que rebaja su previsión de
Ebitdar (que incluye en alquiler de flota) de 5.600 a 5.300 de euros, y por otro, ha anunciado su intención de mantener el
dividendo, que en el último año ha aumentado un 10%, sin alterar la previsión del beneficio por acción, 12%. ¿Cómo se casa la contradicción?: con el recorte de
inversiones previstas, de 2.500 a 1.700 millones por año.
Ahí está la explicación del
mensaje subliminal de tranquilidad al accionista, sobre todo cuando las
cuentas hasta septiembre ya mostraban una caída del 4% en los ingresos. Sumen a eso que en octubre, según la propia compañía, la
tasa de ocupación de sus aviones ha bajado del 83,4% de hace un año al 82%.
Según los analistas, AIG tendrá margen suficiente para pagar el dividendo gracias a una generación en el
flujo de caja anual de entre 1.500 y 2.500 millones.
Rafael Esparza