Amantes de las fusiones, pierdan toda esperanza: Ibercaja seguirá en solitario. La entidad que preside José Luis Aguirre no se fusionará con nadie, ni ahora ni nunca. Y puede hacerlo, porque ese es el mandato de su principal accionista, la Fundación Ibercaja, que posee el 88% del capital. “La Fundación quiere tener un banco aragonés”, ha recalcado Aguirre este miércoles, durante la presentación a la prensa del Plan Estratégico 2021-2023.
Ahora bien, por ley, la Fundación debe reducir su participación por debajo del 50% antes de diciembre de 2022 o, si lo prefiere, constituir un fondo de reserva antes de 2025. Es la peor opción porque es la más costosa. La primera es salir a Bolsa aprovechando cualquier oportunidad que surja durante este año y medio largo que resta hasta enero de 2023. En cualquier caso, será la Fundación quien mantenga el control de la entidad.
Aguirre tiene muy presente el origen cajero de la entidad: “Jurídicamente somos un banco, pero el espíritu es de caja de ahorros”, afirmó el presidente. Y esa es, precisamente, una de las palancas más importantes del nuevo Plan: la cercanía con los clientes y el conocimiento y el estar sobre el terreno.
En esta línea, Víctor Iglesias reivindicó el papel de las entidades medianas en un mercado tan concentrado como el español. Y es que las cinco entidades principales tienen una cuota de mercado del 70%, frente al 30% que controlan en Alemania y Reino Unido o el 50% de Francia e Italia. ¿Presiones del Banco Central Europeo o del Banco de España para fusionarse? “Rotundamente no, nunca nos han presionado”, afirmó Iglesias.
Ahora bien, dentro de la estrategia de crecimiento, Ibercaja intensificará su ofensiva comercial para captar clientes que abandonen Bankia o Caixabank con motivo de su fusión, principalmente en Madrid y en el arco mediterráneo.
El reto es alcanzar una rentabilidad del 7% en 2023. Iglesias es optimista, aunque el objetivo resulta ambicioso en la situación económica actual. La previsión es cerrar 2021 -un año “un poco fastidiadillo”, según Iglesias- con un Rote del 3,5%, llegar al 5% en 2022 y al 7% en 2023. Esto considerando que la rentabilidad recurrente del banco es del 3%, porque en las cuentas de 2020, un año peculiar, fue del 1%.
Hay que reducir costes, entre otras medidas, aunque no hay previstos ajustes adicionales al ERE firmado en diciembre y que supondrá la salida de 750 empleados (el 15% de la plantilla) y el cierre de 200 oficinas (el 20% de la red), hasta junio de 2022.
En definitiva, Ibercaja quiere seguir independiente, realizando banca minorista y con espíritu de caja de ahorros, y eso está muy bien. Aguirre lo tiene muy claro y así lo ha trasladado este miércoles. El presidente no tiene, de momento, fecha de jubilación: “Creo que estoy haciendo un papel razonable”, afirmó.