• Los fondos exigen al presidente de la eléctrica que nombre un Ceo.
  • Y Galán responde con el nombramiento de Martínez Córcoles como consejero... director general.
  • Hablamos de un técnico de 60 años que conoce como nadie el negocio.
  • Y que no se mete en política, ni en la general ni en la de la empresa.
  • Ahora habrá que ver si los fondos se dan por satisfechos.
  • Galán quiere convertirse en el líder mundial de las energías limpias.
  • Y en el empresario industrial más importante de España.
Cambios en el Consejo de Administración de Iberdrola, que este miércoles ha presentado los resultados de 2016. Francisco Martínez Córcoles, director general de los Negocios de la compañía, pasa a ser consejero director general del grupo. De esta manera, y tras la junta de accionistas del próximo 31 de marzo, Martínez Córcoles pasará a formar parte del Consejo como consejero ejecutivo, categoría que solo tiene Galán. La entrada de Mártínez Córcoles en el Consejo coincide con la salida de José Luis San Pedro, un histórico de la casa, por "razones personales". También deja Iberdrola el abogado y experto en competencia, Santiago Martínez Lage. Volvamos con Martínez Córcoles. ¿Por qué ahora? Porque los fondos institucionales, entre los que están Qatar Investment Authority y Blackrock, exigen a Ignacio Sánchez Galán (en la imagen, a la izquierda, junto a Martínez Córcoles) que nombre un consejero delegado. En otras palabras, exigen un número dos con amplios poderes en la gestión diaria. El presidente debe estar para otros menesteres. Respuesta de Galán: conservo todas mis atribuciones como presidente y Ceo, y nombro a un consejero-director general. No es la primera vez que lo hace. José Luis San Pedro -que ahora abandona definitivamente el grupo- ya lo fue entre los años 2012 y 2014. Habrá que ver si los fondos se dan por satisfechos con este movimiento. Precisamente, el nombramiento de Martínez Córcoles recuerda al de San Pedro. Estamos hablando de un técnico de 60 años -Galán tiene 67- que lo sabe absolutamente todo acerca del negocio, muy respetado dentro de la compañía y que no se mete en política, ni en la general del país ni -y esto es muy importante- en la particular de la empresa. Lo cierto es que el presidente de Iberdrola, lejos de pensar en su retirada, aspira a convertirse en el líder mundial de energías limpias, en concreto, de la eólica. La solar no deja de ser algo especulativo y la nuclear, mejor no mencionarla. No tiene buena prensa. Pero no queda más remedio, porque en España -el principal mercado de la eléctrica- Iberdrola es líder en energía nuclear. De hecho, está negociando con el Gobierno para ampliar la vida útil de las centrales -menos Garoña- de 40 a 60 años. Más aún, Galán juega a se el gran industrial español. Intentó presidir el desaparecido CEC (Consejo Empresarial para la Competitividad) cuando César Alierta, tras dejar la Presidencia de Telefónica, dio un paso atrás. Pero Galán no fue aceptado por la mayoría, como tampoco lo fue el presidente del BBVA, Francisco González. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com