Iberdrola sigue adelante con su plan de desinversiones previsto en el plan estratégico 2018-2022 y ha vendido sus activos de generación convencional (centrales hidroeléctricas y, sobre todo de ciclo combinado) en Reino Unido al grupo Drax por 801 millones de euros (702 millones de libras). La novedad de la operación, esta vez, está en que la filial en ese país, Scottish Power, se convierte en 100% renovable, pero en paralelo le da una alegría en bolsa, con una subida del 2,5%, tras una semana de corrección en la cotización.  

Cierra así una venta que negociada con Dax y que dependía del precio. Se desprende de 2.566 megavatios de potencia y se concentra en renovables y en transporte y distribución. En concreto, en hidroeléctrica tenía 400 Mw en gas, 1.967 Mw.

Gran Bretaña añade a un «mercado clave» para la eléctrica, el ser 100% renovable

Culmina, además, grueso de desinversiones previstas de 3.000 millones. Con esta venta, realizada con plusvalías -con impacto positivo en el resultado-, sumada a la del negocio de almacenamiento de gas en EEUU y la participación minoritaria en Tirme (por más de 1.000 millones), se acerca a los 2.000.

Hace caja, dicho de otro modo, para las inversiones de 32.000 millones previstas hasta 2022 para crecer en renovables y el negocio regulado.

Sánchez Galán ha recordado que Reino Unido es “un mercado clave” para Iberdrola, donde tiene previsto invertir 5.200 millones de libras en cuatro años.