Iberdrola ha instalado ya la subestación Andalucía II (en la imagen) en el emplazamiento que le corresponde en el parque eólico marino británico de East Anglia One, un hito para la compañía -por el tamaño, 300 kilómetros, el mayor del mundo, con 714 megavatios (MW)- y también para Navantia, a la que se le abierto una vía de negocio en el proceso de su reconversión.
La eléctrica explica en un comunicado que la instalación partió a principios de agosto desde el astillero gaditano de Puerto Real. La función de la subestación será recoger la energía eléctrica producida por 102 aerogeneradores y transformar la tensión de 66 a 220 kV. La electricidad llegará a tierra a través de un cable submarino.
Los ingenieros trabajan para que el parque 'offshore' genere energía eléctrica a finales de 2019 y esté operativo en 2020
El cometido, ahora, de los ingenieros eléctricos (unos 60) es que pueda entrar en funcionamiento. En paralelo, seguirán las labores de cableado y la instalación de las jackets y los pilotes, las palas y las turbinas, para que el parque genere energía eléctrica a finales de 2019 y sea totalmente operativo en 2020.
Más allá del desarrollo, el proyecto, con una inversión de casi 3.000 millones y que abastecerá a 600.000 hogares, ha dado vida a Navantia para el negocio eólico marino, del mismo modo que el parque alemán de Wikinger, también de Iberdrola.
Navantia ha metido la cabeza en el negocio offshore y ha convertido esa línea de actividad en argumento estratégico para su propia reconversión. No solo ha sido una oportunidad para Navantia, sino para unas 30 empresas auxiliares de la Bahía de Cádiz. En términos de empleo, se han generado 600 empleos.