El acercamiento de Iberdrola a Siemens Gamesa, tras los vientos de paz que siguieron a los tambores de guerra que estallaron la junta de la eólica en Zamudio (Vizcaya), no ha visto la luz en el último gran contrato de la eléctrica de Ignacio Galán. Ha optado, en concreto, por Vestas, la líder del sector, como proveedor preferente en un proyecto eólico marino de 1.200 millones en EEUU.
Claro que eso y dar esquinazo a Siemens Gamesa, en la que tiene un 8%, es lo mismo, y eso a pesar de los nuevos aires en la relación, que se trasladaron a un pedido de 136 aerogeneradores para un parque en Brasil o nombramiento de David Mesonero como director financiero. Mesonero es yerno de Galán.
El contrato con Vestas, además o es baladí, tanto por el peso -elevado en presupuesto, potencia (800 MW) y tamaño- como por el avance estratégico y geográfico para la eléctrica. Será, de hecho, el primer parque eólico marino de Iberdrola en EEUU y una de suss mayores instalaciones offshore.
La inversión en aguas, en Massachusetts, asciende a 2.400 millones
La elección de Vestas parte de la filial Vineyard Wind, que Iberdrola comparte al 50% con el fondo danés CIP (Copenhaguen Infrastructure Partners). El proyecto fue adjudicado en mayo y se desarrollará en aguas del Estado de Massachusetts.
Iberdrola prefiere así a Vestas para entrar en el mercado americano offshore, donde se adjudicó en 2017 los derechos para desarrollar y construir otro parque eólico marino de 1.600 MW en Carolina del Norte.
Da el mismo salto que ya dio, dentro de Europa, en Reino Unido (con el desarrollo del parque en East Anglia One, que ha pedido ampliar), Alemania (el parque emblemático es Wikinger) y Francia (Saint Brieuc, en 2022).
El suministro para el parque de Massachusetts se concreta en 84 aerogeneradores marinos del modelo V164-9.5 MW (con la turbina eólica más potente), con una inversión total prevista en 2.400 millones de euros. Comenzará a construirse en 2019 para estar operativo en 2021.