Cambios en el Consejo de Iberdrola, que se materializarán en la próxima Junta. Sale la vicepresidenta y consejera coordinadora, Inés Macho, que cumple su lapso como independiente pero que podría haber renovado como externa.
Y se marcha dando un portazo, porque Macho, catedrática de Economía, ha sido siempre un apoyo incondicional de Ignacio Galán, tanto frente al Gobierno vasco y al PNV como ante los sindicatos, especialmente frente a UGT, dos trincheras que a Ignacio Galán le gusta mantener bien defendidas. A fin de cuentas, dirige una empresa con sede en Bilbao.
La vicepresidenta no se siente bien tratada: siempre apoyó a Galán, sobre todo de cara al Gobierno vasco y a los sindicatos
El problema es que Ignacio Galán, a pesar de las presiones de los fondos accionistas, se ha negado siempre a nombra consejero delegado y ha utilizado mil subterfugios al respecto. Y ahora ha manifestado su intención de no sustituir a Macho en la Presidencia.
Y ahí es donde algún consejero se ha plantado. Es opinión extendida que Galán, en septiembre cumplirá 70 años, debería ir pensando en anunciar su sucesión.
Algo que al presidente, que puede presumir de haber multiplicado el valor de la eléctrica, no le agrada demasiado.
Eso sí, renueva el hijo de Íñigo Oriol como consejero. La idea es que cuando se marche Galán (0,2% del capital) le sustituya en el Consejo su hijo Ignacio, ahora empleado de la compañía
Y hay más, renueva al hijo del anterior presidente, Íñigo Oriol, representando a una familia histórica en Iberdrola. Se mantiene… y eso posibilitará que Galán, dueño de un 0,2%, cuando se retire, posibilite la entrada en el Consejo de su hijo, Nacho Galán, que ya trabaja en la compañía. A fin de cuentas, hay un precedente.