Iberdrola vive este martes un día muy verde en lo que a proyectos se refiere, pero no en bolsa, donde su cotización ha bajado un 1,49%, el doble que el Ibex 35 (-0,61%). Eso sí, se mantiene como la segunda empresa con mayor capitalización del selectivo español, tras Inditex: unos 68.000 millones de euros, frente a los 80.815 del líder textil, y sigue por encima de los 50.488 millones del Banco Santander.

La eléctrica que tiene como presidente y CEO a Ignacio S. Galán ha anunciado que invertirá más de 1.000 millones en el primer parque eólico marino flotante de España, que tendrá una capacidad de 300 megavatios (MW). Un proyecto para el que baraja tres posibles localizaciones (Canarias, Andalucía o Galicia), que representa una oportunidad para desarrollar la cadena de valor de una tecnología que podría tener un gran potencial en nuestro país y que es una de las 150 propuestas que ha presentado para obtener financiación de los fondos europeos (en concreto, del programa Next Generation EU).

Iberdrola prevé que hasta la entrada en operación de dicho parque eólico marino flotante, prevista para 2026, generaría más de 2.800 empleos anuales y necesitaría la participación de 66 empresas y centros tecnológicos españoles, incluyendo 52 pymes. En el corto plazo, entre este año y 2022, antes de que empiece su construcción, podría generar entre 1.000 y 2.000 empleos. Además, sería la punta de lanza de una tecnología para la que ya tiene identificados hasta 2.000 MW en nuevos desarrollos en la costa española.

El potencial bruto de la eólica marina flotante (la única que puede operar a partir de los 50/60 metros de profundidad) es de alrededor de 95.000 MW y de esos, entre 11.000 y 22.000 MW podrían ser instalados alrededor de la Península Ibérica

La eléctrica podría aumentar así aún más su capacidad renovable, que actualmente no es pequeña. En concreto, cerró 2020 con una capacidad instalada total de 55.108 MW, de los que 34.818 fueron ‘verdes’. De estos últimos, destacan los 18.649 MW de eólica terrestre y los 1.258 MW de eólica marina (ya tiene cinco parques en operación y cuatro en construcción, y su cartera supera los 30.000 MW). Sin embargo, esta última no ha podido tener desarrollo en España por la gran profundidad de su fondo marino, un obstáculo que podría salvarse con la eólica marina flotante.

Esta tecnología aún es bastante incipiente en el mundo, pero ante la que nuestro país podría tener una gran oportunidad: de los 34 prototipos que hay actualmente, ocho tienen sello español, según el informe elaborado por la consultora Enzen y que ha dirigido el EIT InnoEnergy, organismo europeo especializado en promoción, desarrollo, acompañamiento y financiación de proyectos emergentes de base tecnológica. En la presentación de dicho estudio que tuvo lugar en diciembre, el representante de InnoEnnergy, Javier Sanz, destacó que el potencial bruto de la eólica marina flotante (la única que puede operar a partir de los 50/60 metros de profundidad) es de alrededor de 95.000 MW y de esos, entre 11.000 y 22.000 MW podrían ser instalados alrededor de la Península Ibérica. El director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio Márquez, detalló un poco más: “Con el nivel de ambición que tiene el sector, en 2030 podríamos llegar en España a los 3.000 MW de eólica marina, principalmente flotante”.

Paralelamente, Iberdrola ha anunciado un acuerdo con Porcelanosa para trabajar en proyectos de electrificación e hidrógeno verde para descarbonizar la producción cerámica. Así, estudiarán conjuntamente soluciones energéticas en las instalaciones centrales de la compañía cerámica, como es el caso de bombas de calor de alta temperatura de máxima eficiencia en los secaderos, así como el uso combinado de energía renovable y el suministro de hidrógeno verde, para alcanzar la temperatura necesaria en atomizadores y hornos híbridos.