Imperial Brands (antes llamada Imperial Tobacco) ha subido en bolsa más de un 2,7% tras haber disparado su beneficio neto un 48% en su último ejercicio fiscal (octubre 2019-septiembre 2020). Una alegría para su acción, que acumula una depreciación del 46% desde enero. Eso sí, se mantiene el tijeretazo en el dividendo (-33,3%), que será de 1,52 euros.
La compañía británica, cuarta del sector del tabaco mundial, ha ganado 1.666 millones de euros y sus ingresos han ascendido a 36.292 millones (+3%). De estos, 8.676 millones (+0,9%) corresponden a la venta de tabaco y 224 millones (-27,7%) al negocio de vapeo y tabaco calentado. En su cuarto trimestre (julio-septiembre), el beneficio bajó y los ingresos aumentaron. Se trata de los primeros resultados de Stefan Bomhard como CEO, cargo al que se incorporó a principios de julio: “Aunque este ha sido un año difícil, la capacidad de recuperación de nuestro negocio de tabaco y las medidas que hemos tomado para mejorar nuestras operaciones de NGP (productos de nueva generación) refuerzan mi confianza en el potencial futuro del negocio”, ha señalado.
Advierte que el Brexit supone el riesgo de un posible incremento de las tasas de importación, así como de un aumento del contrabando de tabaco
Por su parte, la deuda neta ha bajado ligeramente, pasando de los 13.393 millones del ejercicio anterior a 12.466 millones al cierre del pasado septiembre, pero sigue siendo elevada. Como ya comentamos en Hispanidad, para reducir su apalancamiento acordó la venta de Tabacalera (era su negocio de puros) por unos 1.225 millones el pasado abril, en dos operaciones. Conviene recordar que Imperial Brands es dueña de Altadis (empresa creada en 1999 por la fusión de la española Tabacalera y la francesa Seita) y ya sólo fabrica en España en su planta de Santander.
Respecto al Brexit, Imperial Brands ha advertido que supone el riesgo de un posible incremento de las tasas de importación, así como de un aumento del contrabando de tabaco, fundamentalmente. Y ojo, porque considera que si no se abordan sus implicaciones en la legislación fiscal internacional antes del 31 de diciembre, podría haber costes adicionales de 83 millones relacionados con los derechos de importación.