Hace ya unos meses escribía, a propósito de las cuentas de la compañía de Arteixo, correspondientes al cierre del ejercicio anterior (terminado el 31 de enero), como esta empresa estaba ganando la batalla por la supremacía en el sector de la moda, frente a la también multinacional sueca H&M. En lo que llevamos del ejercicio presente, parece que la velocidad de crucero de Inditex se ha ralentizado: las cifras positivas de resultados continúan siéndolo, pero menos.
Vamos por partes: Inditex parece encontrarse en el punto de mira de los inversores bajistas, de hecho, en el comienzo de año ha tenido el dudoso honor de ser el peor valor del Ibex 35 durante el primer trimestre de 2018. Parece que los 'hedge funds' han olido sangre y solo durante el mes de mayo, con la expectativa de unos resultados positivos, han permitido un rebote del 20% en la cotización. De momento este miércoles a la hora de apertura, y seguramente debido a los datos que ahora veremos, la acción sube 0,23€ respecto al cierre de ayer.
Las cifras de las cuentas presentadas, parece que en la línea que ya esperaban los sesudos analistas, a mí no me parecen que sean para tirar cohetes, lo que puede seguir dándome la razón en mi teoría de que el mercado se mueve más por las opiniones de algunos gurús al servicio de algunos grupos económicos que por datos reales de la marcha de las compañías. Ejemplo: puede ser hoy mismo Inditex que, a final del primer trimestre del año, ha presentado una cifra de ventas de 5.654 millones de euros que suponen 85 millones más que el pasado ejercicio (+1,5%), con 63 tiendas más que en 2017 y una clara apuesta en los últimos ejercicios por la venta online, que representaba una clara debilidad comercial de la compañía en un mercado en el que los suecos de H&M han venido representando una competencia feroz en el mismo segmento de clientela y que parece que pasan una “crisis” particular más importante.
La empresa propiedad de Amancio Ortega y presidida por Pablo Isla aún tiene mucho que demostrar en venta 'online'
A partir de la cifra de ventas que ha obtenido, el resto de la cuenta de resultados se ha movido en incrementos similares. Un margen bruto de 3.328 millones (+2,7%), un incremento del 3,2% de los gastos de explotación, en línea con la apertura de nuevas tiendas, el Ebitda se ha situado en los 851 millones, un 2,3% más que en 2017. Por fin el resultado neto de la sociedad al final de este primer trimestre ha sido de 668 millones frente a los 654 millones obtenidos en 2017, que en términos porcentuales suponen un 2,1% más. La justificación de este, digamos, mediocre resultado ha sido atribuido por la compañía a los tipos de cambio con un euro fuerte, sobre todo en nuestro país, a lo atípico de la climatología de esta primavera que ha llevado a los compradores a retraerse en el cambio estacional de ropa y yo además, añadiría al que yo denomino factor Primark, ya que la rápida expansión de esta compañía, en especial en nuestro país, está suponiendo una más que seria competencia a las hasta ahora líderes y competidoras entre sí -Inditex y H&M-, que a pesar de que no reconozcan a la compañía dublinesa como igual o competencia directa, parece haber abierto una brecha importante en el sector. Solo hace falta ver la expectación y las impresionantes filas de compradores que se concentran en el gran centro sito en la Gran Vía madrileña.
Por último, un comentario sobre una cifra que llamará la atención a los lectores que revisen el parco folleto publicado por Inditex. Se trata del fondo de maniobra operativo negativo de la compañía (-2.153 millones). Esto es, debido al modelo de negocio propio de compañía que difiere en más plazo los pagos de sus mercancías, pero que con una posición financiera neta de 6.100 millones resulta poco relevante, en especial cuando el apalancamiento financiero solo asciende a 87 millones (200 millones en el 2017).
El dividendo aprobado correspondiente al ejercicio 2017 ha sido de 0,75 euros por acción pagados en dos fracciones iguales, la primera en mayo y la segunda pagar en noviembre.
Solo resta por ver si los sabuesos bajistas sueltan esta presa tan apetitosa a la que parecen haber cogido gusto y permiten el normal desarrollo bursátil de la acción de la compañía.