La verdad está en las memes. Hay que reconocer que las denostadas redes sociales están desplazando a los medios de comunicación (con pena lo digo, que periodista soy y a mucha honra) a la hora de resumir, no lo que ha pasado, sino lo que está pasando.
Sí, la meme, la viñeta que ilustra esta información, es un grosería pero es la pura verdad, además del mejor resumen del gran triunfo de “el coletas”, de Pablo Iglesias y de su Ingreso Mínimo Vital (IMV), su compra-vagos particular: tu voto a Podemos y tu sumisión, a cambio de la subvención.
El IMV supone, de paso, el vaciamiento moral de España. Ya lo decíamos ayer: ¿para qué trabajar 40 horas a la semana por 950 euros al mes si puedo cobrar 1.000 sin dar ni golpe?
Bolivarianismo: alimentar a vagos a cambio de su voto y a costa de la clase media
Un párroco de un barrio de inmigrantes hispanoamericanos del Madrid profundo lo expresaba de otra forma: tengo miedo de que (algunos de sus feligreses) se cojan al Ingreso Mínimo Vital y ya no busquen trabajo, y abran varios bares latinos donde estén bebiendo hasta las dos de la madrugada.
Pero rindámonos. Hay que reconocerlo. Lo del Ingreso Mínimo vital (IMV) ha sido un triunfo en toda regla de Pablo Iglesias, nuestro bolivariano favorito. El bolivarianismo no es más que una variante del comunismo. El comunismo esclavizaba a los obreros e igualaba a ricos y pobres en la miseria. Pero el bolivarianismo es una versión marxista muy mejorada: mantiene el libre mercado, al tiempo que asfixia a la clase media y regala sueldos extra, por no hacer nada, como el adolescente de la imagen, a los proletarios.
Naturalmente, la consecuencia más inmediata es el vaciamiento moral de una sociedad. Un hombre libre no acepta limosnas: se gana el pan con el sudor de su frente, no con el sudor del de enfrente, que diría Cantinflas, un personaje muy de moda desde que Pedro Sánchez preside el Gobierno.
Por cierto, el comunismo es una grandísima mentira y por tanto, Pablo Iglesias es un grandísimo embustero. Repite que esto es lo que se hace en Europa.
Pues no. En Europa existe rentas mínimas pero siempre ligadas a dos cosas:
1.La aceptación de un empleo, guste o no guste. Si no lo acepta, se acaba todo tipo de subvención
2.Sólo se concede la renta básica a quien aporta algo a la sociedad. Generalmente, se entiende que la mayor aportación es la de los hijos (aunque ahora también empiezan a cundir las ayudas por mantener a los padres). Pero no a cambio de nada.
Si el Gobierno sociopodemita hubiera querido ayudar a quien lo necesita lo primero que habría hecho sería subir el miserable salario maternal español: 100 euros por hijo y sólo hasta los tres años. Alemania, por ejemplo, paga un salario maternal de 180 euros por hijo más guardería gratis, por lo que la media ponderada se considera en las comparaciones superior a los 300 euros mensuales y, atención, no hasta los tres años (como si los hijos no comieran desde que cumplen los 4) sino hasta que se independice, que de media suele ser pasados los 20 años.
Popularmente se le conoce como salario maternal porque la madre aporta algo a la sociedad; futuros contribuyentes.
Aquí, tocándome los estos hasta que el coletas me pague la paga mensual. Como si pagara el coletas y no la clase media española. Es decir, la que trabaja cuarenta hora a la semana y se esfuerza por no perder su trabajo. Ese no el interesa a Pablo Iglesias. Los vagos votan a Podemos.
El hombre libre es el que se gana el pan con el sudor de su frente, no con el sudor del de enfrente
Pero lo más grave del IMV es que contribuye a eso: al vaciamiento moral de España.