Parece que Intel no ha notado el Covid-19, pues ha tenido un beneficio neto de 17.180 millones de euros (-0,7%) y unos ingresos de 64.020 millones (+8,2%) en 2020. Y al publicarse estas cifras, la reacción del mercado ha sido muy positiva: la cotización sube más de un 6%.
En concreto, entre la facturación del fabricante estadounidense de procesadores, el segmento de memorias y computación ha aportado 32.889 millones (+7,8%). Le sigue el área de datos, con 21.461 millones (+11,2%), mientras que el negocio del Internet de las Cosas ha ingresado 3.267 millones (-15,4%).
El fabricante estadounidense de procesadores sigue liderando el ranking de semiconductores, seguido del surcoreano Samsung y el taiwanés Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC). Este último es proveedor de Apple y con el que la marca de la manzana mordida ha llegado a un acuerdo para asegurarse el 80% de la producción, algo que podría complicar el acceso a los procesadores a Nvidia y AMD, y además, TSMC va a fabricar procesadores de Intel para resolver sus problemas de producción, según la web Muy Computer Pro (MCPRO). Esta web también ha apuntado a que el precio de los semiconductores podría subir de forma desmesurada este año, por el incremento de un 55% en el de las obleas de silicio, material sin el que no se pueden fabricar semiconductores y por ende, microprocesadores, memorias, sensores de imagen, etc.
Un escenario con el que no tendrá que lidiar Bob Swan. Y es que será relevado como CEO de Intel por Pat Gelsinger el próximo 15 de febrero.