Aunque el número de nacimientos presenta desde hace ya varios años una constante tendencia a la baja, el descenso se ha acentuado nueve meses después del confinamiento de la población española durante el primer estado de alarma por la Covid-19.
Es la principal conclusión que saca el Instituto Nacional de Estadística (INE) tras ofrecer los datos de los nacimientos en los último meses del año 2020 y primeros del 2021.
En concreto, en noviembre de 2020 la tasa interanual de nacimientos se redujo más de un 10%, alcanzando descensos superiores al 20% en diciembre de 2020 y en enero de 2021, según las estimaciones del INE.
Así, en el mes de diciembre de 2020 sólo nacieron 23.226 niños, lo que supuso un 20,4% menos que en el mismo mes de 2019 y el valor mínimo en un mes desde que comenzó la serie estadística del INE, en el año 1941. Mientras que en enero de 2021 el número de nacimientos repuntó ligeramente hasta los 24.061, aunque esta cifra fue un 20,0% inferior a la del mismo mes del año anterior.
La información del INE confirma la reciente de El País, recogida por Hispanidad, según la cual la natalidad se ha desplomado en España debido al confinamiento por el coronavirus. En diciembre y enero se inscribieron 13.141 recién nacidos menos que el año anterior, una caída del 23%, según la información recogida de 3.929 registros civiles informatizados, correspondientes al 93% de la población.
Hispanidad ya ha subrayado que una manera de impulsar la maternidad en España sería instaurar el salario maternal, pues en este país, quien está verdaderamente discriminada es la madre, no la mujer.
Sin embargo, lejos de instaurar el citado salario maternal, la actual prestación por hijo -escasos 100 euros mensuales hasta que el hijo cumple 3 años- se integrará dentro del Ingreso Mínimo Vital (IMV), recientemente aprobado por el Gobierno social-comunista.
En definitiva: hay que sustituir el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y las rentas sociales de las comunidades autónomas por un salario maternal como el que existe en Europa, que se ofrece a la mujer por tener un hijo. En el IMV de Pablo Iglesias, la sociedad paga al individuo a cambio de nada. En el salario maternal la sociedad paga a la mujer por la mejor tarea ‘económica’ que puede aportarse hoy a la sociedad: educar a futuros contribuyentes.