La última encuesta del CIS, conocida con antelación por Moncloa, ha sembrado dudas sobre la alianza con Podemos. ¿Hay que seguir con ellos cuando resultan un lastre en caída libre, un peso muerto que el Sanchismo debe arrastrar y que usurpa los ministerios que en ningún caso le corresponderían por su peso político?
Redondo no busca la mayoría social-comunista, que no es tal. Lo que busca es la mayoría de la ‘noción’ de censura. Y para eso necesita a Podemos… aún a costa del enfrentamiento civil
Pues la respuesta de Iván Redondo ha sido, de nuevo, sí. Con dos argumentos:
1.Podemos es el enlace con las fuerzas independentistas y nacionalistas (que vienen a definir dos fuerzas confluyentes: la izquierda nacionalista y el nacionalismo burgués, ambos, en el siglo XXI). Aunque Pablo Iglesias sufra una sangría de apoyos populares da lo mismo: él enlaza la España Roja con la España rota. Unidas, suman mayoría.
2.Aunque la encuesta de Tezanos confirme a las encuestas privadas, en el sentido de que PP, Vox y Cs suman más votos que los social-comunistas, lo cierto es que no cuentan con el apoyo de ‘Mordor’ -los indepes- y además, y esto es muy relevante, lo que desune a la mayoría de la moción -más bien noción, cogida por los pelos- de censura es mucho, pero les une la cristofobia. El odio a todo lo que suene a cristiano supera toda las diferencias; es el necesario enemigo común.
Lo que une a todo los grupos de la investidura es el firme cemento del odio a Cristo. Y Redondo lo sabe
Por el contrario, los tres partidos de la derecha no forman una unidad, por cuanto se trata de un trío calavera: una derecha pagana -Ciudadanos-, una derecha tibia -el PP- y una derecha cristiana, Vox. Y el cristianismo rechaza tanto lo pagano como lo tibio.
En definitiva, Redondo acierta cuando dice que la mayoría de la investidura, proetarras incluidos, tiene algo que les une. Lo que ocurre es que ese algo es la cristofobia, el odio a Cristo, mientras la derecha no quiere disponer de nada parecido. Lo dice el cerebro de La Moncloa, el único cerebro de La Moncloa, pues los otros dos son Pedro Sánchez y Carmen Calvo.
Y a todo esto, ¿qué dice el presidente? Pues nada. No se engañen: a Pedro Sánchez lo único que le importa es el Falcon, del cual está enamorado. Lo que más le ha dolido de la pandemia es no haber podido utilizar como quisiera el instrumento fabricado por la francesa Dassault. Con lo que a él le mola…
Podemos no renuncia a nada pero antes prescindirá de su justicia social que de su ideología de género. Además, han usurpado el poder y no lo van a soltar
Para entendernos: con tal de mantenerse en Moncloa al ‘narciso’ de palacio, poco le importa quién gobierne. Para eso está Pablo Iglesias, un obseso del poder entendido como capacidad de infligir daño al adversario.
En cuanto a Podemos, no renuncia a nada aunque antes prescindirá de su justicia social que de su ideología de género. Además, han usurpado el poder y no lo van a soltar.
Ejemplo, Irene Montero dispone de un juguete inigualable, para financiar con dinero público todas sus ocurrencias. ¿Qué más se puede pedir?
¿Y la economía? ¿Qué más da que la política económica nos conduzca a la ruina? Vivimos en la era de la deuda pública y del océano de liquidez. Por lo tanto, mientras el BCE compre no hay de qué preocuparse. Otra cosa es cuando tengamos que pagar el bono emitido. Es lo que se llamará crisis de la deuda. Pero eso no va a llegar mañana. Si acaso, pasado mañana.