Línea Directa saldrá a bolsa en la segunda mitad de 2020, siempre y cuando la Junta General de Accionistas de Bankinter primero, y las autoridades correspondientes después, den el visto bueno a la operación, naturalmente. El banco de Jaime Botín ha valorado la aseguradora en 1.434 millones de euros. Tras la salida a bolsa, Bankinter tendrá un 17,4% de Línea Directa y el resto (82,6%) estará en manos de los accionistas del banco, que recibirán el dividendo en forma de acciones de Línea Directa.
“El objetivo es separar el negocio de seguro directo del bancario, permitiendo a cada compañía desarrollar sus estrategias a futuro de forma independiente”, señala la entidad en el comunicado remitido este miércoles tras el cierre de mercado. Y eso está muy bien, aunque tiene sus riesgos, toda vez que la aseguradora jugó un importante papel en las cuentas del banco durante los años más duros de la crisis. Y en los nueve primeros meses de este año, la aseguradora aportó el 17% del margen bruto del grupo, a pesar de reducir su beneficio un 5%, hasta los 108,1 millones de euros (el grupo ganó 444,4 millones). ¿Qué vamos a hacer sin Línea Directa?, se preguntará la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa.
La entidad solo prevé un impacto positivo y confía en su actividad bancaria, como es lógico. “Esta sólida posición permite al banco plantear esta distribución extraordinaria a sus accionistas, la cual tendrá un impacto limitado en la rentabilidad del Grupo y que incluso mejorará el ratio de solvencia consolidado CET1 en 5 puntos básicos”, explica el comunicado.
Por otra parte, el espíritu de la operación está claro: gana el banco; podrían ganar los accionistas del banco especulando en bolsa y, la ganancia, que la pongan entre los nuevos inversores. Es una operación al estilo Jaime Botín.