El presidente de la Reserva Federal americana, Jerome Powell, aumenta las distancias con Donald Trump, a pesar de que fue éste el que lo propuso para sustituir en el cargo a Janet Yellen, comunicándole esa decisión cinco meses antes de que venciera el mandato (febrero de este año). A las disensiones -públicas- sobre la política monetaria, sobre todo por la subida de los tipos de interés -no gustan al presidente de EEUU, se unen otras críticas de Powell, un financiero, al fin y al cabo, con hondas raíces en Wall Street.
Al anunciar públicamente el nombramiento, en noviembre de 2017, Trump no se cortó: “Mañana anunciaré el nuevo jefe de la Fed. Creo que esta persona impresionará mucho”, dijo en Twitter. Sin embargo, eso no ha impedido que Powell marque distancias. A las críticas de Trump por la subida de tipos, ha contestado que la Reserva Federal, cunado toma sus decisiones, “no tiene en cuenta los factores políticos”.
Cuando la Reserva Federal toma decisiones, «no tiene en cuenta los factores políticos», dice Powell
Para Trump, la política monetaria de la Fed desgasta sus medidas para impulsar la economía y, sobre todo, la rebaja de impuestos. Por eso no está a favor de la subida de los tipos. Powell, sin embargo, se apoya en esa fortaleza para defender lo contrario. Por eso, ha dicho, la Fed “está volviendo progresivamente a los tipos de interés en niveles normales de una economía saludable”.
Powell ha sido más cauto sobre los efectos de la guerra comercial con China. Sin embargo, también en este punto, importante para el presidente Trump, comienza a discrepar.
EEUU «está volviendo a los tipos de interés normales en una economía saludable», asegura
Hasta ahora, por lo que había declarado, su preocupación estaba más en impacto que pudiera tener en la confianza. Ahora añade que el proteccionismo creciente, junto al debilitamiento de una economía poderosa como la China, son “malos para los trabajadores y la economía americana”. Eso sí, si la disputa comercial se salva con menores aranceles y mejores reglas comerciales, “sería bueno para los americanos”, según Powell.
Las declaraciones del gobernador se enmarcan en un foro empresarial, en el que fue preguntado por las cosas que le quitan el sueño. La primera respuesta fue un genérico “básicamente todo”, algo normal para un gobernador de banco central.
Abundó también en su análisis de la economía americana, fuerte a su juicio, con una tasa baja de paro, y descendente, y una inflación moderada. A esa máxima se agarró para sostener que “no hay motivos para pensar que este buen ciclo económico vaya a terminar”. Aunque siempre hay riesgos, si llega una crisis como la de 2018 -primero financiera, después económica- será por otras razones como un ciberataque o un acontecimiento mundial.