Insinuábamos anteayer que el Vaticano intenta detener a José Gómez, arzobispo de los Ángeles y presidente de la conferencia episcopal norteamericana, que convocó a los prelados gringos para ‘excomulgar’ a Joe Biden. Bueno, para que se le negara la comunión al que se ha convertido, tras pocos meses de estancia en la Casa Blanca, en el principal promotor y favorecedor del aborto en el mundo.
Ahora ha dado un paso más. Esa joya que es el boletín (Friday Fax) del Centro para la Familia y los Derechos Humanos C-FAM nos recuerda que el presidente Biden ha destruido en un día la labor de cuatro años de Donald Trump para enfrentarse a quienes desde Naciones Unidas pretenden imponer el aborto como un derecho en el mundo. El principal financiador de la matanza de inocentes era Washington, hasta que Trump se negó a dar más fondos públicos a la Planned Parenthood y otras multinacionales aborteras.
Biden vuelve a financiar el aborto en los cinco continentes y, lo más insultante es que la Casa Blanca considera “un honor” el volver a convertirse en portaestandarte de la matanza de los más inocentes y más indefensos
Pues bien, ahora Biden ha vuelto atrás, vuelve a financiar el aborto en los cinco continentes y, lo más insultante es que la Casa Blanca considera “un honor” el volver a convertirse en portaestandarte de la matanza de los más inocentes y más indefensos de la raza humana: los concebidos pero aún no nacidos.
Y lo considera “un honor”. ¿Y este miserable es el que presume de católico e inauguró su mandato presidencial invitando a políticos católicos a la Eucaristía? ¿A este miserable no hay que negarle la comunión cuando estamos ante un escándalo con patas?
Ojo, porque si se continúa permitiendo esto, ¿qué sentido tiene el Magisterio de la Iglesia? ¿Para qué sirve?