- Primero, el cuarto operador deber ganar masa crítica.
- Un proceso que supervisa directamente el responsable del fondo Providence, ante el malestar del Ceo, Meinrad Spenger.
- Ya lo hizo en ONO: enviaba a un equipo propio para supervisar las cuentas antes de que las conociera el Consejo.
John Hahn (
en la imagen) le ha cogido el gusto a los pelotazos y ya está preparando el que sería el segundo en el sector de las telecos -vendió
ONO a Vodafone en 2014 por 7.200 millones- y el tercero si contamos el que dio en 2007 con la venta del grupo
Recoletos (Marca, Expansión, Telva...) a los italianos de
RSC Rizzoli (El Mundo), por 1.100 millones.
Estamos hablando de la venta de
MásMóvil a Orange. Obviamente, no es una operación que se vaya a cerrar en el corto o medio plazo, entre otras razones porque las uvas aún están muy verdes, pero tiene todo el sentido del mundo, desde el punto de vista financiero y especulativo, claro está.
Precisamente,
ni el sector ni los analistas tiene duda alguna: la operación Másmóvil no es una operación industrial, sino financiera y especulativa. Y en este punto hay unanimidad: el futuro del cuarto operador es acabar en manos de otro. Y los cimientos de esa operación ya los ha puesto Providence, cuyo máximo responsable en España es
John Hahn.
Efectivamente, este fondo de
capital riesgo es el máximo accionista de Másmóvil, con una participación directa del 18%, ampliable al 40% gracias a la
deuda convertible que obra en su poder. La inversión de
Providence es de entre 165 y 200 millones de euros, pero hay que tener en cuenta que los bonos convertibles tienen un cupón anual del 6,35%, pagadero trimestralmente. Fantástico. Parece una apuesta segura.
Pero antes hay que madurar el producto, Másmóvil debe ganar masa crítica. Por eso es tan importante el acuerdo
firmado con Orange en octubre y que permite a Másmóvil utilizar su red de
fibra óptica, que actualmente llega a 9,6 millones de hogares y que se ampliará a 14 millones en 2019. Un acuerdo crucial para el
cuarto operador convergente y que no entiende el resto del sector, porque significa dar ventaja a un competidor directo de Jazztel.
Pero tranquilos, porque la absorción de Másmóvil -una vez alcanzado un tamaño adecuado- convertiría a Orange en la
teleco líder en España, incluso por delante de Telefónica. Y la CNMC, con
María Fernández Pérez al frente, no pondría ninguna pega.
Eso será dentro de unos años y siempre que Hahn no decida vender antes la participación de Providence en
Másmóvil. Porque no lo olviden: el objetivo es ganar mucho dinero en el menor tiempo posible. Mientras, el equipo de
Meinrad Spenger trabaja cada día para ganar cuota de mercado, bajo la atenta mirada de Hahn. Lo cierto es que el hombre que surgió del hielo -los que han trabajado con él coinciden en resaltar su frialdad en el trato- controla el
departamento financiero de la compañía, aunque esto ha provocado algún que otro encontronazo con el equipo directivo.
Este afán controlador no es nuevo. Cuando estaba en
ONO, donde no pudo 'entrar' el departamento financiero, Hahn enviaba a un equipo propio para que supervisara las cuentas de la compañía antes de que fueran presentadas al Consejo de Administración. Inaudito. En cualquier caso, y en contra de lo que es habitual en los fondos de capital riesgo,
Providence sí exige tener representación en el Consejo de Administración de las empresas en las que invierte. Así es más fácil preparar los pelotazos.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com