El Grupo Villar Mir (GVM) tenía hasta junio un problema endémico, la deuda, sustancialmente paliado con la venta de OHL Concesiones, pero mantiene otro que pesa tanto como el anterior, que es OHL, centrada únicamente en construcción y asociada a la endiablada encrucijada de liquidación o salvamento in extremis por el grupo, porque no funciona. Esa situación, en paralelo, marca el futuro del GVM, abocado a depender de dos divisiones clave: la de ferroaleaciones y la de fertilizantes.

Pero eso supone también un giro radical en la propia esencia del grupo, que pasa de constructor a industrial -como el propio patrono, el ingeniero Juan Miguel Villar Mir- apoyado, sobre todo, en los negocios de Ferroglobe y Fertilizantes, las únicas que dan alegrías, y en menor medida, las divisiones de ingeniería y la inmobiliaria Espacio (38,3%).

Los últimos resultados, hasta septiembre, de OHL, han sido una página luctuosa más, básicamente porque los ingresos son insuficientes y no logran cubrir el consumo de caja, al contrario de lo que ocurre en las otras divisiones. De momento, GVM se ha comprometido con la constructora, al tiempo que la ha ido vaciando vía dividendo, antes de que caiga.

La división de ferroaleaciones aporta el 80% del Ebitda, tras la venta de Concesiones y con escaso negocio de construcción

Es una tendencia, dicho sea, que viene de atrás, como muestra la tarta de resultados consolidados de 2017 (en el cuadro adjunto), cuya tendencia en 2018 ha ido a más. El año pasado, Ferroglobe fue la que más Ebitda aportó. En concreto, alcanzó 154,6 millones, agracia a su liderazgo como principal productor de ferroaleaciones y primer productor mundial de silicio metal. Le siguió la división de Fertilizantes, con 23, 5 millones, que mantiene una importante cuota de mercado.

A mucha distancia, la división de energía, se apuntó un Ebitda positivo de 8 millones y la inmobiliaria Espacio, negativo en 6,1. Fue OHL (-56,5), una vez más, la decisiva en estrechar el resultado total a 121,1, y probar de nuevo que Ferroglobe aportaba el 80% de ingresos para sostener el grupo.

Esa tendencia, que ha ido a más en 2018, prueba el futuro de OHL, que puede seguir pero como una pequeña constructora, marcando un giro estratégico al grupo, parecido al que se inició en 2015, con las ventas parciales de la inmobiliaria o de las concesiones de autopistas, el traspaso de Torre Espacio o la venta de Concesiones.