- Lo dicho, el presidente del gestor aeroportuario no quiere que le controle el Gobierno.
- Por eso, pide compromiso con este "cambio necesario, sin el que la compañía está limitada".
- Pero ¿por qué no puede crecer siendo compañía pública si ya es líder mundial en gestión de aeropuertos?
- Quiere crecer en el extranjero, donde tuvo unos ingresos de 208 millones.
- Y además, busca incrementar la actividad comercial: analiza terrenos de Barajas y El Prat.
Este martes, el presidente de AENA,
José Manuel Vargas, ha enarbolado de nuevo el espantajo de la
privatización total en la
Junta de Accionistas de la compañía. Y es que no quiere que le controle el Gobierno (recuerden que el Estado tiene el 51% y el resto salió a bolsa).
Por eso,
al final de su intervención, Vargas ha señalado que "los accionistas, con el Estado a la cabeza, directivos y trabajadores deberemos estar comprometidos con
un cambio necesario… sin el cual la compañía queda limitada". Además, ha añadido que
AENA debería tener "un rol más activo" en el mercado global de aeropuertos, un objetivo que "ha de tener lugar en un entorno distinto, que permita
mayor capacidad de competencia y de creación de valor".
Pero ¿por qué no puede crecer siendo
compañía pública si ya es líder mundial en gestión de aeropuertos? He aquí el misterio, aunque no es el primero que se da en
AENA: sólo basta recordar lo mal que se valoró en la
OPV (primero en 4.500 millones de euros y luego en 8.700) porque en la actualidad la
capitalización bursátil es de 23.235 millones.
Y es que quiere crecer en el
extranjero, donde tuvo unos ingresos de 208 millones, aunque
afectados por la devaluación de la libra. Y es que participa en 16 aeropuertos fuera de España, destacando el de Luton. Es más, el ministro de Fomento,
Íñigo de la Serna, marca el camino al afirmar que no se ha restringido la capacidad inversora de AENA.
Y además, la compañía busca incrementar la
actividad comercial: analiza terrenos libres para el desarrollo de los Master Plan de
terrenos comercializables en los aeropuertos de Adolfo Suárez Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat. En el ejercicio 2016, los ingresos de la actividad comercial e inmobiliaria fueron de 1.013 millones ( 27%).
Paralelamente, la Junta ha aprobado el reparto de un
dividendo de 3,83 euros brutos por acción ( 41,3% respecto al de 2015).
De acuerdo a la política de distribución del 50% del beneficio neto de cada ejercicio, se desembolsarán 575 millones. Pero el único accionista que ha intervenido en la Junta no está contento, pues se ha quejado de "lo poco que se beneficia el accionista raso" y "lo poco que importa su opinión".
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com