Este martes, International Airlines Group (IAG) ha celebrado su Junta de Accionistas -de forma telemática y con retraso por el coronavirus- en Madrid. Una cita donde Willie Walsh se ha despedido de los accionistas con un bonus de casi 976.000 euros bajo el brazo, se ha aprobado el nombramiento de Luis Gallego como consejero ejecutivo, que le sustituirá en la silla de CEO. Además, se ha confirmado que sigue en pie la compra de Air Europa, que prevé cerrar antes de final de año o a principios de 2021, eso sí, con renegociación del precio (no está dispuesta a pagar los 1.000 millones que se hablaron meses antes del estallido de la pandemia). Por cierto, recuerden que el grupo Globalia ha pedido árnica al Gobierno: 400 millones de euros para no quebrar.
Los accionistas del holding aéreo que agrupa a British Airways, Iberia, Aer Lingus, Vueling y Level han aprobado todos los acuerdos propuestos, excepto el punto 16 (reducir a 15 días el plazo para convocar juntas extraordinarias). Entre los aprobados, estaba la ampliación de capital ya anunciada de 2.750 millones de euros y la reelección de varios consejeros por un año, destacando: Antonio Vázquez, que dejará de ser presidente no ejecutivo de IAG en enero, le relevará Javier Ferrán, y Emilio Saracho, aunque esta vez los accionistas no le han mencionado (no como en la Junta del año pasado, que fue agitada). Asimismo, se ha aprobado el nombramiento de dos consejeros dominicales, en representación del principal accionista (Qatar Airways, dueño del 25,1%), que sí acudirá a la ampliación de capital: Giles Agutter y Robin Phillips. Eso sí, conviene destacar que la votación consultiva del informe de remuneraciones sólo ha tenido el apoyo del 72% de los accionistas.
Walsh subraya que “es la peor crisis del sector aéreo, peor que las del 11-S en 2001 y la crisis financiera de 2008”, donde será necesario “recalibrar todo lo que hacemos”, pero él se retira
Vázquez está convencido de que IAG saldrá de esta crisis “con una posición de liderazgo reforzada”, como ha señalado en su discurso. Por su parte, Walsh ha subrayado que “es la peor crisis del sector aéreo, peor que las del 11-S en 2001 y la crisis financiera de 2008”, donde será necesario “recalibrar todo lo que hacemos”, en función de la demanda de viajeros, que no recuperará los niveles precrisis hasta 2023 o 2024, ha apuntado en su discurso. Eso sí, tras 42 años trabajando en el sector, el irlandés no quiere volar con tantas turbulencias, se retira y deja los mandos en manos de Luis Gallego, hasta ahora, presidente y CEO de Iberia. A este último le sustituirá Javier Sánchez-Prieto, hasta ahora primer ejecutivo de Vueling, al frente de la aerolínea española y Marco Sansavini, director comercial de Iberia, se pondrá a los mandos de Vueling.
Cuatro accionistas han intervenido en la Junta, con cuestiones interesantes, aunque las respuestas de Vázquez han dejado bastante que desear. Uno de ellos ha señalado que duda de las desinfecciones de los aviones, porque en los vuelos que tienen escala inferior a una hora sin cambio de tripulación es esta la que hace la tarea y no los equipos de limpieza, el presidente de IAG ha afirmado que lo verificarán porque “somos escrupulosos”. Eso sí, Vázquez no ha dicho lo mismo respecto a Air Europa y su futuro dentro del holding: “Iberia tiene que dar la respuesta”, pues “tendrá encaje en Iberia”. Respecto a la ampliación de capital, un accionista ha criticado que es muy elevada, supera en un 50% el valor bursátil y “supondrá un desembolso muy importante si queremos acudir”, pero Vázquez se ha limitado a decir que no responde a la compra de Air Europa. Otro accionista ha preguntado por el porcentaje de accionistas europeos, teniendo en cuenta el Brexit y que Qatar Airways mantendrá su 25,1%, pero el presidente no ejecutivo sólo ha recordado que los reguladores nacionales de España e Irlanda confirmaron que los planes cumplen con los reglamentos en caso de un Brexit duro y que espera “un amplio acuerdo en materia aérea en el Brexit”. Y eso que era su última Junta como presidente no ejecutivo de IAG, si no hubiera respondido nada, tampoco se habría notado mucho.