Decíamos que había empezado la cuenta atrás para la Junta de Accionistas de Iberdrola, que tendrá lugar el próximo 18 de junio y que, de nuevo, será exclusivamente telemática (esto se ha vuelto habitual en las empresas en la ‘era Covid’). El presidente y CEO, Ignacio S. Galán, llega blindado y tranquilo, tras haber seducido a los grandes proxy (Glass Lewis e ISS) y a los fondos de inversión que tiene como accionistas, sobre todo al qatarí.
Glass Lewis es una gran empresa estadounidense de servicios de asesoría de poder que proporciona servicios que respaldar el compromiso entre inversores institucionales y corporaciones, y ya había recomendado a los accionistas de la eléctrica que apoyen las 27 propuestas planteadas. Ahora se suma otro gran proxy, el estadounidense Institucional Shareholder Services (ISS), que también ha recomendado el voto favorable.
Los fondos de inversión suman cerca del 30% del capital de Iberdrola: la mayoría pertenecen al tipo de los que hacen una inversión financiera y no entran en el consejo de administración, aunque sí presionan por el dividendo: BlackRock, Norges Bank...
Paralelamente, no hay que olvidar que los fondos de inversión suman cerca del 30% del capital de Iberdrola: la mayoría pertenecen al tipo de los que hacen una inversión financiera en una compañía y no entran en el consejo de administración, aunque sí presionan por el dividendo. Entre ellos, está BlackRock, el colonizador del Ibex 35, que es el segundo gran accionista (dueño del 5,14% del capital, según se puede ver en la página web de la eléctrica, y del 5,251%, según los datos de la CNMV), y que acaba de reducir su participación por debajo del 3% en Bankinter; o el fondo soberano noruego Norges Bank (3,117% y 3,6%, como recogen las dos fuentes antes citadas), que ha reducido su participación en Indra y se acaba de estrenar como accionista relevante de Talgo con un 3%.
Mención especial entre los accionistas de Iberdrola merece el fondo soberano de Qatar (Qatar Investment Authority), que es dueño del 8,71% del capital, según la página web de la eléctrica, y del 8,694%, según el regulador bursátil español. Y es que QIA no sólo es el primer accionista de Iberdrola, sino que también respalda su expansión internacional, porque ha entrado directamente en la filial de EEUU, Avangrid: se hará con una participación de casi un 4% en la ampliación de capital, que sumará al porcentaje que indirectamente le corresponda a través de Iberdrola.
Galán se ha ido blindando: en la Junta de 2019, fue reelegido por otros cuatro años, y en la Junta de 2020, los accionistas avalaron un sutilísimo sistema para que no tuviera que dimitir si es imputado en el ‘caso Villarejo’
Teniendo en cuenta todo esto, en la Junta de este año, Galán podrá sacar adelante las 27 propuestas planteadas sin problemas. El ejecutivo salmantino ha demostrado ser un buen gestor y aunque cumplirá 71 años el próximo septiembre seguirá siendo presidente y CEO, porque no le gusta el modelo chairman: Francisco Martínez Córcoles será renovado como consejero ejecutivo y continuará siendo un ejecutivo muy currante pero sin mandar, y lidiando con el ‘caso Villarejo’ y su supuesto daño reputacional (algo que se puede poner en duda).
Claro que Galán no se ha blindado de la noche a la mañana, sino durante los últimos dos años. En la Junta de 2019, fue reelegido por otros cuatro años y refirió que estaba dispuesto a quedarse diez años más. Pero la gran clave llegó en la Junta de 2020, donde logró que los accionistas avalaran por mayoría búlgara un sutilísimo sistema para no tener que dimitir si es imputado en el ‘caso Villarejo’ y ahora se acaba de adelantar a la Justicia, poniendo a todos los directivos (incluido él mismo) a disposición del juez García-Castellón.
Se puede poner en duda el daño reputacional del ‘caso Villarejo’. Es más, parece que le va a causar más daño -económico, eso sí,- la última andanada de la vicepresidenta Ribera contra hidráulicas y nucleares: la cotización lleva toda la semana en descenso
Recuerden que el ejecutivo salmantino logró que los accionistas modificaran el artículo 8 de los Estatutos Sociales para “dar reconocimiento estatutario al Sistema de Cumplimiento y a la Unidad de Cumplimiento”, esta última está vinculada a la Comisión de Desarrollo Sostenible, la cual está ligada al Consejo de Administración. Es decir, que en caso de que Galán fuera imputado, el asunto sería revisado por la Unidad de Cumplimiento y por tanto, por parte de los consejeros.
Paralelamente, se puede poner en duda el daño reputacional que le está causando el ‘caso Villarejo’: ha logrado mantener unos resultados bastante decentes en la crisis del coronavirus, desde el año pasado es la segunda empresa más capitalizada del Ibex, y ha demandado a ACS y a Florentino Pérez por atentar contra el derecho al honor. Es más, parece que le va a causar más daño -económico, eso sí,- la última andanada de la vicepresidenta Teresa Ribera contra las hidráulicas y nucleares: de hecho, la cotización lleva toda la semana en descenso.