Insisto: si las cantantes de ópera norteamericanas aceptaron acostarse con Plácido Domingo para medrar en su carrera profesional tan culpables son ellas como él. ¡Menudos principios los de estas señoras que ceden ante requerimientos sexuales para no perder un posible ascenso!
Ninguna dice que lo hiciera forzada sino para no decirle no a una estrella de la ópera. Pues tan culpable son ellas como él. Una mujer íntegra le habría mandado a Plácido a freír espárragos y habría hecho bien en presumir de ello. Y seguro que no resultaba negativo para su carrera profesional. Al final, las posturas íntegras acaban por imponerse.
El feminismo no busca justicia para la mujer sino venganza contra el varón
Da igual. Todavía hay algo más tonto que un obrero de derechas: un hombre feminista. Y contamos con un Gobierno presidido por un feministo, Pedro Sánchez y con un ministro de Cultura recién nombrado, José Manuel Rodríguez Uribes, que también aspira a feministo. Por eso, Uribes, se ha apresurado a prescindir de la actuaciones de Plácido Domingo previstas en el estatal Teatro de la Zarzuela. Y el paraestatal o paraprivado Teatro Real estudiará el caso. Si hubiera coraje en el Teatro Real, respondería manteniendo las actuaciones previstas por parte de Domingo. A lo mejor resulta que era un éxito de público.
Es el primer país de Europa en condenar al tenor: o sea, el suyo propio
Es curioso porque el feministo Uribes asegura que antes había presunción de inocencia pero ahora, tras el “reconocimiento de Domingo, ha dejado de haberla". Pero señor ministro feministo: que no era un juicio, era un informe de parte, de la parte acusadora, del Sindicato AGMA (Músicos de Ópera de Estados Unidos), donde, además, no se habla, en ningún caso, de agresiones sexuales sino de flirteos y proposiciones sexuales. Vamos que el amigo Plácido era un ligón pero no un violador. ¿Acaso negaría usted la actuación de un artista en sus teatros por ser un avaro, un cobarde o un soberbio? Esos son defectos, no delitos.
El ministro de Cultura José Manuel Rodríguez dice guiarse por la autoconfesión del cantante. Pero Domingo ha reconocido una inmoralidad, no un delito
Ahora bien, como el feminismo no busca justicia para la mujer sino venganza contra el varón, pues el Gobierno feministo de Pedro Sánchez se ha empleado a fondo y aún se empleará más, en la tarea de destruir a un compatriota confundiendo lo que en otras ocasiones, cuando les conviene, exigen que no se confunda ni un ápice: pecado con delito. Es decir, Domingo ha cometido un pecado pero no un delito. Entonces, ¿a qué viene la penitencia ‘civil’ a la que se le somete? A ver si resulta que la progresía anula el pecado, que no existe, pero crea sus propios pecados y penalmente perseguibles.
¿Negaría usted la actuación de un artista en sus teatros por ser un avaro, un cobarde o un soberbio? Esos son defectos, no delitos.
Y así, España, su patria, se convierte en el primer país de Europa en condenar al tenor Plácido Domingo. A partir de ahora, en verdad está muerto.
Justicia feminista: el gobierno español condena al español Plácido Domingo. Ahora sí que estas muerto, Plácido. Enhorabuena denunciantes feministas: lo habéis conseguido. Y encima, el poder os aplaude.