• El beneficio en 2016 fue de 244 millones (11,6%), pero con una caída en el margen de intereses del 9,8%.
  • Por la vía del ROF obtiene 171 millones (102%) y por dividendo de sus participaciones, 139 millones ( 51%).
  • El negocio típico no justifica el resultado bruto, que crece un 54%, hasta 313,7 millones.
  • Lo mejor, la obra social -en el espíritu de las cajas-, al que destina la mitad del beneficio neto.
Kutxabank no ha presentado los resultados de 2016 con nocturnidad y alevosía, pero sí un día tan poco financiero como un sábado. La entidad que preside Gregorio Villalabeitia (en la imagen) puede hacerlo, naturalmente, porque no cotiza en bolsa, pero lo mismo no le queda otro remedio que repensarse esa opción entre las sombras que esconden esas mismas cuentas. La entidad vasca, de hecho, aumenta una barbaridad el beneficio bruto, un 53,6%, hasta 313,7 millones de euros, que no está justificado por el negocio típico bancario, más bien escuálido, y salva su resultado gracias al dividendo de sus participaciones industriales y el ROF (resultado de operaciones financieras) -léase, básicamente, compra de deuda-, un negocio del que se están retirando otros bancos. Eso sí, salva el espíritu de caja de ahorros, y destina la mitad del beneficio neto (244,2 millones, un 11,6% más) a la obra social que gestionan BBK, Kutxa y Vital. Eso siempre es positivo. Las cifras, sin embargo, descubren la otra realidad, la financiera, bastante más débil, con un estrechamiento de márgenes en consonancia con tipos de interés en mínimos históricos. El margen de intereses cae un 9,8% (hasta 557,9 millones), y también las comisiones, un 3,5%, hasta 343 millones. En su conjunto, la caída es del 7,5%, hasta 901,8 millones. ¿Cómo compensa la situación para un margen bruto positivo del 6% (1.256 millones de euros). Por la vía del ROF ( 102%), el rendimiento de las sociedades participadas (51,1%) y otros resultados de explotación ( 42,8%). O lo que es lo mismo, en euros: 170,7, 138,6 y 45,2 millones, respectivamente. Pero ni el ROF y ni los dividendos están asegurados en el tiempo, lo que puede comprometer un margen de beneficio bruto como el actual en el futuro.  O para mantenerlo puede verse obligado a la solución de Mario Fernández, salir a bolsa, a lo que se opuso el PNV (supone pérdida de control). A lo anterior se une partida de provisiones (551 millones, un 27%), pero Kutxabank, en cualquier caso, recoge de momento los frutos de una mora controlada, con una tasa del 6,78% -muy por debajo de la media del sector (9,1%)-, lo que rebaja el saldo de activos dudosos en más de 900 millones, y la contención de los gastos de explotación (-5,9%) por los ajustes o racionalización en la plantilla. Y se mantiene en cabeza por ratio de solvencia (un CET1 del 15,2%) como ya quedó claro en los resultados de los test del estrés del BCE en julio pasado. Rafael Esparza