- BCE: cómo acabar con la banca pequeña.
- Se pretende, no sólo obligarles a aumentar capital, sino hacerlo vía emisiones.
- Hasta que tiren la toalla.
- Mientras, el Parlamento Europeo trata de instaurar el corralito bancario para entidades en dificultades de liquidez: la locura.
- Y en el entretanto no sólo triunfan los fondos de inversión sino también los seguros. Es lo que pasa cuando la gente tiene miedo.
Los
bancos ya no venden ni depósitos a plazo ni imposiciones a plazo fijo (IPF). No dan dinero por depositarle dinero y llegará un momento en que lo pidan. Ya lo hacen, de hecho, en forma de
comisiones.
Pero ese no es el principal problema de esta etapa presuntamente postcrisis que, en Europa, conocemos como
proceso de Unión bancaria.
En todo el mundo, se entiende que un banco solvente es el
banco grande y también se entiende que para las
crisis bancarias el único remedio es el
capital.
Una chorrada insigne dado que los
bancos pequeños, con un capital mucho más reducido, pueden ser mucho más rentables, y suelen serlo, que los grandes. Por ejemplo,
Bankinter y
Banca March echan por tierra las premisas de
Mario Draghi: son solventes, rentables y pequeños. Pero podríamos citar otros muchos.
Lo que ocurre, simplemente, es que al
Banco Central Europeo (BCE), a los reguladores no les gusta lo pequeño. ¿Por qué son menos solventes? No, porque son menos tratables. Dicho de otra forma:
es imposible controlar a 6.000 bancos, pero es fácil entenderse con seis. Además, si sólo hay seis grandes grupos sólo hay media docena de bancos que salvar. Sí, a estos hay que salvarlos porque
son "bancos sistémicos". Razonamiento que no deja de constituir las más necia tautología que vieron los años.
Y así, con el noble intento de destruir a todo lo pequeño, las instituciones de la
Unión Monetaria se dedican al noble deporte de exigir a los pequeños no sólo más capital sino incluso más emisiones de renta fija. Una verdadera losa para estas entidades. Cuando alguna no puede soportar ese peso, tiene que cerrarse o vender a una unidad mayor, a los sistémicos.
Por si fuera poco, en la felonía con el
Popular, regalado por un euro desde Bruselas, ha servido para poner de moda la
liquidez. Y así, en el
Parlamento Europeo, donde los monetaristas de la supervisión bancaria toman el pelo a su Señoría, poco ducho en la materia,
ya han lanzado una especie de corralito de la liquidez. En otras palabras, ¿qué un banco tiene problemas de liquidez? Pues muy sencillo: se les dice a los clientes que no pueden disponer de su dinero durante siete días y mientras recuperan liquidez.
Naturalmente, en cuanto venza el plazo todos los clientes se marcharán del banco y se acentuarán los problemas de liquidez.
Sí, la necedad cunde en el mundo.
Y en el entretanto, sólo triunfan los
fondos de inversión, además de los
seguros. Es lo que pasa cuando la gente tiene miedo. Pero no olviden que llevamos 10 años de crisis bancarias repitiendo que la culpa de todo la tiene la
falta de regulación. Pues bien, los fondos, la llamada
banca en la sombra, los nuevos dueños de los mercados financieros… no tiene regulación alguna.
Sí, la estupidez cunde en el mundo, especialmente en el mundo financiero. Así que si la gente tiene miedo… a lo mejor no es porque sean miedicas, sino prudentes.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com