- En concreto, a cambio de 25.000 millones de dólares para construir el muro con México y reforzar la seguridad fronteriza.
- El mandatario, además, pide al Congreso que acabe con el actual sistema de reagrupación familiar.
- Los dreamers (o soñadores) son indocumentados llegados a Estados Unidos cuando eran niños.
- Para la líder demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, el plan es "un acto de cobardía extremo para mantener a los dreamers como rehenes del odio al inmigrante".
El presidente estadounidense,
Donald Trump, propuso al
Congreso una
reforma migratoria que permitiría acceder a la ciudadanía a 1,8
millones de indocumentados llegados a EEUU de niños a cambio de 25.000 millones de dólares para construir el muro con México y reforzar la seguridad fronteriza.
La cifra de 1,8 millones de inmigrantes es superior a los 690.000 jóvenes, conocidos como 'soñadores' o 'dreamers', que actualmente pueden trabajar y están protegidos de la deportación por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), cuya vigencia expira en marzo por orden de Trump, informa
Antena 3.
Según informaron altos funcionarios de la Casa Blanca, Trump ha pedido al Congreso que apruebe una ley que permita a los "soñadores" acceder a la ciudadanía en unos 10 o 12 años si cumplen con algunos requisitos, como tener trabajo, educación y "un buen comportamiento moral". A cambio, ha exigido al Congreso 25.000 millones de dólares para construir el muro fronterizo con México, implementar "mejoras" en la frontera con Canadá y reformar los puestos de control, que regulan el tráfico de personas y mercancías, según estas fuentes.
El presidente, además, pide el fin de la llamada "lotería de visados para la diversidad", que asigna aleatoriamente hasta 50.000 visados al año para los ciudadanos de naciones que tradicionalmente tienen bajas tasas de migración a Estados Unidos, especialmente países africanos. Al respecto, Trump propone eliminar la lotería, pero asignar esos 50.000 visados a trabajadores altamente cualificados y familias.
El mandatario, además, pide al Congreso que acabe con el actual sistema de reagrupación familiar, conocido por sus detractores como "migración en cadena" y que permite a ciudadanos estadounidenses pedir la tarjeta de residente permanente ('green card') para sus familiares en el extranjero. En concreto, Trump pide dar prioridad a la "familia nuclear", de forma que los ciudadanos estadounidenses puedan reclamar solo a sus cónyuges e hijos menores de edad que viven en el extranjero pero no a sus hijos mayores de edad y padres, parientes a los que ahora sí pueden ayudar a vivir en EEUU.
Asimismo, Trump, quiere que el Congreso permita deportar de forma rápida a todos los inmigrantes que crucen la frontera de manera irregular sin importar su país de origen. Actualmente, solo pueden ser expulsados de manera rápida los inmigrantes de México y Canadá.
La Casa Blanca ha descrito el plan de Trump como un "compromiso" para lograr un acuerdo en el Congreso, donde los republicanos tienen mayoría, pero los demócratas cuentan con votos suficientes para bloquear propuestas y, como ocurrió la semana pasada, forzar un cierre administrativo. "Es un compromiso difícil, resolver el problema del DACA mientras que al mismo tiempo se trata de sacar adelante una reforma migratoria y velar por la seguridad nacional", dijo durante una conversación telefónica con periodistas un alto funcionario de la Casa Blanca que pidió el anonimato.
La líder de los
demócratas en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, calificó el plan de Trump como "un acto de cobardía extremo que intenta mantener a los 'dreamers' como rehenes de un odioso esquema antiinmigrante". Pelosi, además, avisó de que "los 'dreamers' no serán vendidos a cambio de una agenda racista". Antes de Pelosi, el plan de Trump ya había cosechado el rechazo del ala más progresista de los demócratas, incluida la senadora Elizabeth Warren, y de legisladores hispanos, como la presidenta del Caucus Hispano del Congreso, Michelle Luján Grisham. "No podemos permitir que las vidas de unos jóvenes que han hecho todo bien sean utilizadas como monedas de cambio para políticas antinmigrantes", dijo Luján Grisham en un comunicado.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com