"No odies a tu enemigo o no podrás juzgarlo”. La frase de El Padrino, una cita muy intelectual, viene al pelo para definir la situación actual del mundo: todos contra Donald Trump. Asistimos a la caza de Trump. Jamás un presidente de Estados Unidos había sido tan perseguido como éste.
Ejemplo: el enrevesado caso Biden, donde una investigación sobre el acusado se convierte en un ‘impeachment’ contra el investigador… gracias a un soplo de uno de los empleados del investigador. Es decir, que la forma se impone al fondo, que constituye el primer mandamiento de todo buen manipulador y que el fin justifica los medios, que es el primer mandamiento del Nuevo Orden Mundial (NOM).
No odies a tu enemigo o no podrás juzgarle: hasta los errores de la Casa Blanca brillan frente al rencor que rodea a Donald Trump
Pero como los anglosajones y el luteranismo que les inspira son maestros en la casuística (traducido: unos legalistas hipócritas), la cosa funciona y ayuda no poco el que medios europeos, obsesión anti-Trump, estén al servicio de ese consenso global que es el Nuevo Orden Mundial (NOM). Y el 'impeachment' actual demuestra que, para el Nuevo Orden, todo vale con tal de tumbar a Trump.
Ahora bien, el resentimiento anti-Trump resulta tan evidente que hasta los errores del actual inquilino de la Casa Blanca brillan como aciertos ante cualquier analista sin prejuicios.
Y claro que Trump ha cometido errores. Por ejemplo, muchos tiranos saben que Trump amenaza pero no cumple sus amenazas. Su groserías ya no impresionan.
El progresismo ya ha conquistado el Partido Demócrata… que pretende terminar con los valores cristianos de la civilización occidental
Además, siente un desprecio profundo y estúpido por el mundo hispano… que es el único que puede renovar el abotargado y desvitalizado universo anglosajón. Por ejemplo, Trump se ha aliado con los sunitas, que son peores que los chiítas. Por ejemplo, confunde el crecimiento económico con el dinero barato.
Pero también tiene grandes virtudes: no ha caído en la tiranía del cambio climático, ni en la salvajada de la ideología de género ni en otras barbaridades progres.
Y por eso el NOM necesita eliminarle. El Nuevo Orden ha conquistado el Partido Demócrata, que terminará con los valores cristianos de la civilización occidental. Trump se ha interpuesto a su conquista del Partido Republicano. Lo ha conquistado de la peor forma posible: con católicos raritos, aborteros, del tipo Nancy Pelosi o Joe Biden que ahora dirigen el ‘impeachment’ contra Trump porque saben que no pueden vencerle en las urnas.
Así que, con todos sus defectos, más vale que el grosero Trump aguante en la Casa Blanca. Lo que está en juego con su permanencia es lo que importa: los valores cristianos, entre ellos el derecho a la vida, como motor de Estados Unidos.
Aclaración: ¿significa todo esto que Trump sea un buen cristiano? Por supuesto que no.