La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha vuelto a poner sobre la mesa la espada de Damocles de Renfe, pues constituye la principal rémora de sus resultados: el canon que paga a Adif por el uso de estaciones y vías. El regulador no pone el solfa dicho ‘peaje’, pero ha abierto un expediente sancionador al gestor de infraestructuras ferroviarias porque fue inflado en 43 millones de euros para este ejercicio 2019.

Es decir, considera que Adif ha incumplido la Resolución de 27 de septiembre de 2018 sobre la propuesta de cánones de 2019, la cual modificó la propuesta de este gestor y rebajó en más de 43 millones los costes a recuperar a través de cánones ferroviarios. Eso sí, al mismo tiempo, la CNMC reclama un régimen de sanciones adecuado de cara a la liberalización porque en la actual Ley del Sector Ferroviario la multa máxima es de sólo 6.300 euros (la mínima está en 751 euros) y considera que “no disuaden de cometer infracciones a los gestores y operadores” y además no están en línea de lo que establece al respecto la normativa comunitaria.

Conviene destacar que dicho canon es la principal rémora de los resultados de Renfe: en los nueve primeros meses de 2018 (los últimos publicados hasta la fecha), ascendió a 924 millones, frente a los 619 millones del mismo periodo del año anterior. Un ‘peaje’ que ha ido aumentando en los últimos años: en 2016 fue de 607 millones; en 2017, de 919 millones y en 2018, se prevé que supere los 1.000 millones. Es más, en la previsión de cifras obtenidas en 2018 que el presidente de Renfe, Isaías Táboas, hizo a principios de año, se llegó a hablar de que los cánones ferroviarios podrían situarse en 1.320 millones, mientras que el beneficio neto sería de 60 millones, pero este mes, ha elevado esta última estimación hasta los 80 millones.