• El supervisor no quiso actuar contra la especulación a corto en el Popular y sí lo hace en Liberbank.
  • Albella cambia de criterio: de dejar actuar al mercado, para evitar una caída artificial, a prevenir efectos como fuga de depósitos.
  • El agravio comparativo no está en la defensa de Liberbank sino en la caída del Popular para entregarlo al Santander.
La CNMV ha decidido frenar el pánico que estalló la semana pasada en la cotización de Liberbank, por contagio tras la resolución europea sobre el Popular, con una de sus armas para combatir la especulación: las posiciones cortas en contra del valor. No deja de ser paradójico, teniendo en cuenta que esas mismas posiciones bajistas fueron una de las causas que provocaron el desplome de Popular y la posterior entrega al Santander, con el invento del BCE de la subasta nocturna. El contraste, así las cosas, va de suyo. La CNMV ha prohibido las ventas a corto  durante un mes, hasta el 12 de julio, como ha comunicado este lunes. Obviamente, el gesto tranquiliza muy poco a los más de 300.000 accionistas del Popular -lo perdieron todo de la noche a la mañana-, que se preguntan, no sí razón, por qué a ti y no a mí. Y ahora, a buenas horas, mangas verdes, que se dice, no por lo que sea hace, sino por lo que no se hizo en el caso anterior. Para el supervisor, que se ha esforzado incluso en explicar las posiciones cortas, el escenario de Liberbank es distinto, aunque en los dos la situación financiera tiene un parentesco. No por el volumen de activos en balance, desde luego, mucho mayores en el caso de Popular (147.114 millones) que en Liberbank (39.163 millones), pero sí por el ataque especulativo en sí, mediante alquiler de acciones con créditos sobre la base de que el valor va caer. La CNMV precisa, sin embargo, que ha valorado la penalización bursátil a Liberbank y el efecto "muy probable" de la resolución del día 7 sobre el Popular. En suma, que si el criterio del regulador con el Popular, como reiteró su presidente, Sebastián Albella (en la imagen), era dejar actuar al mercado -con el fin de evitar una caída artificial-, ha cambiado sustancialmente respecto a Liberbank. Ahora se trata de evitar los efectos del pánico, por ejemplo, en la fuga de depósitos. La semana pasada ocurrió pero no con retiradas significativas, según Liberbank. El agravio comparativo, así las cosas, no está en la defensa de Liberbank sino en caída del Popular para entregarlo al Santander, sobre la que pesan dudas razonables entre certezas y causas, y sobre perversos efectos, como la retirada de depósitos y los problemas de liquidez. Claro, el ataque varía en función del banco a derribar, según el tamaño. La CNMV centra la medida sólo en las acciones de Liberbank, con el visto bueno de la Autoridad Europea de Mercados de Valores (Esma) y tras haber contactado, antes de tomarla, con el Ministerio de Economía y el Banco de España. Rafael Esparza