Si hay algo que PSOE y Podemos ejecutan a la perfección es aprovechar la mezquindad de la legión de resentidos existente en España. Sí, son legión. No en vano fue en nuestra patria donde se acuñó aquello de que “el único remedio contra el rencor es la amnesia”.
El decreto sobre alquileres aprobado por el Consejo de Ministros del viernes 1 de marzo, está dirigido a favorecer a todos los rencorosos y a todos los vagos que existen en España, aquellos que pretenden vivir del dinero de los demás, al tiempo que critican a los demás, generalmente fascistas. A quienes predican que el alquiler es la opción de los pobres, cuando en realidad se refieren a aquellos que se niegan tan siquiera a intentar acceder a un piso en propiedad.
A beneficio de los huérfanos: Podemos presiona al PSOE para, además, crear el alquiler de precio obligatorio: como en el comunismo
En definitiva, a envidiosos, resentidos y vagos que se conforman con ser proletarios porque ser propietarios requiere un gran esfuerzo.
Un borrador de alquileres, por cierto, que será aprobado por los diputados de la antigua Convergencia catalana (hoy PDeCat). Ojo al dato: burgueses de derechas aplaudiendo una norma contra la propiedad privada por el simple hecho de que, con ello, fastidian a España.
Porque claro, cuando aumentas el periodo obligatorio de alquiler –que ahora podría situarse en el horizonte de los cinco años– lo que consigues es que, salvo casos de imperiosa necesidad del arrendador, nadie quiera alquilar su piso, pues se arriesga a aguantar durante un lustro a un inquilino moroso o jetas que le destroce su propiedad y encima no le pague el alquiler… y al que no hay manera de echar.
Conclusión: con el decreto aprobado el viernes se obtendrá el resultado justamente opuesto al perseguido: que aún suban más los precios del alquiler.
La propuesta de Podemos, parcialmente aceptada por el demagogo Pedro Sánchez, quien dice trabajar para las clases medias, llega aún más lejos: pretende decirle al arrendador por cuánto debe arrendar su propiedad. Conclusión, la predicha: nadie arrendará y los precios de la vivienda en alquiler se dispararán.
Es una medida más del tándem PSOE-Podemos, la España del guerracivilismo rencoroso y de los ataques a la propiedad privada
Pero todo ello, naturalmente, tanto PSOE como Podemos, lo venden como una apuesta por los pobres. Ya saben, “a beneficio de los huérfanos y de los pobres de la capital” como rezaba la canción. Podemos incluso pretende, no sólo la prórroga forzosa de la propiedad privada de los particulares sino, además, fijar el precio del arriendo de la propiedad privada… de los demás. ¿Qué diferencia hay entre esto y el régimen soviético de propiedad? Muy poca. Eso sí, su medida es muy “social”, que estamos en precampaña.
Y todo este absurdo, colado de rondón en la recta final de la legislatura, con el Congreso cerrado. ¿Por qué? En primer lugar –pero esto ya es hasta demasiado sabido–, porque Sánchez está haciendo campaña electoral desde el Gobierno: así tiene más eficacia y la campaña se la pagamos entre todos los españoles. No hablo del Falcon 900-B, hablo de que un presidente del Gobierno posee un altavoz institucional que le hace jugar con ventaja frente a sus opositores.
En segundo lugar, porque el trasfondo del decreto sobre alquiler de vivienda puede resumirse así: es una medida más del tándem PSOE-Podemos, la España del guerracivilismo rencoroso y de los ataques a la propiedad privada. Para los resentidos de Sánchez e Iglesias, todo propietario, de lo que sea, es un explotador lamentable. Entre otras cosas porque el tópico de los atentados contra ‘los ricos’ es lo que los ha permitido a ellos, a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias, salir de la indolencia económica y entrar en la clase, no ya media, sino alta y bien alta.
Y todo esto… a beneficio de los huérfanos y de los pobres de la capital.