- Las empresas se beneficiaron primero de las cuantiosas primas para construir instalaciones verdes y ahora sacan el negocio a bolsa.
- Florentino ya lo hizo con Saeta Yield, Abengoa con su 'yieldco' en EEUU, y se preparan para lo mismo Acciona, la lusa EDP o Grenergy.
- Eso sí, con la ayuda de los fondos de inversión, expertos en crear expectativas en un negocio apalancado. En ACS es GIP; en Acciona, KKR.
- Fantástico: cotizará lo que hasta ahora era un problema: el beneficio de unas instalaciones que eran rentables por las ayudas.
Vuelve una cierta fiebre por las
energías renovables. La última prueba de ello, pero no la única, fue el anuncio de
Gas Natural Fenosa, el lunes, en que confirmaba que también apostaba por ellas y por eso
compraba, por 260 millones, el 100% de
Gecalsa, que opera con 10 parques eólicos y una planta fotovoltaica.
Cualquier diagnóstico sobre el sector, sin embargo, quedaría incompleto sin los pasos que se están dando para colocar en
bolsa el negocio de las
energías verdes, de la mano de fondos de inversión especulativos. La constante se hace tendencia y no es difícil concluir en la escasa vida de estas energías se ha pasado de un periodo de
boom de construcción de instalaciones, gracias a las
subvenciones públicas, a otro, el actual, que aventura una
burbuja financiera.
Veamos. La etapa de la incertidumbre ya ha pasado, como quien dice, y también las de las
primas a tutiplén. La reforma energética de
José Manuel Soria completó el fin de las subvenciones iniciado por el ministro socialista
Miguel Sebastián, y a eso añadió las tasas, con el fin de fortalecer más un sistema energético insostenible en los costes que tiene que pagar el consumidor. Otra cosa son las demandas que se acumulan en el Supremo alegando la inseguridad jurídica por los cambios.
El cambio es
fantástico: las empresas se beneficiaron primero de las cuantiosas primas para construir instalaciones verdes y ahora sacan ese negocio a bolsa. No es que las energías renovables fueran entonces o ahora un mal negocio, sino que basaban su rentabilidad siempre en función de unas primas que después se esfumaron. Por eso la mayoría de ellas están apalancadas hasta la cejas.
Sitúen en la nueva estela la colocación en bolsa en febrero de
Saeta Yield, la división verde de
ACS. Otra cosa es que unos meses después siga por debajo del precio al que salió (10,5 euros). Se convirtió en la primera sociedad
yieldco cotizada en Europa, controlada en un 24% por el fondo de inversión
GIP, en una alianza que va a más. Es lo mismo que planea
Acciona, con el fondo
KKR, socio en su división internacional de renovables. Y es también lo que está pensado
Grenergy, que sería la primera empresa de renovables que cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
También estudia su salida en la
Bolsa de Madrid la filial de renovables de la portuguesa EDP (
EDP Renovaveis) para conseguir fondos y rotar los activos eólicos europeos por valor de 700 millones.
EDP va en la misma dirección que alimenta una burbuja financiera, teóricamente, aprovechando el apetito de los fondos de inversión en activos eólicos.
El caso de EDP es singular, en cualquier caso, porque fue la vía de entrada en Europa de un grupo chino, como
There Gorges (Las Tres Gargantas). La adquisición del 22% fue el modo como
EDP echó a Iberdrola de Portugal. En España es dueña de
Hidrocantábrico.
El espacio en bolsa, por tanto, se ampliará al que ya ocupan las otras dos del Ibex (
Gamesa y
Abengoa). La empresa de
Benjumea, por cierto, ya hizo lo mismo con algunos de sus activos verdes en EEUU a través de su filial
yieldco. La idea, como tantas veces, es la misma: trocear y sacar a bolsa con la idea de que la suma de las partes vale más que el todo, lo cual no es cierto pero da alas a los especuladores. Ya dejó
doctrina en ese sentido el ex presidente de Telefónica
Juan Villalonga.
De la
burbuja de las primas ya informábamos al incidir, respecto a la
fotovoltaica, que
Soria se acoge al criterio del Supremo de una "rentabilidad razonable". Saben que en el Supremo se acumulan miles de demandas de los afectados por la "inseguridad jurídica" que provocó el fin de las primas. Pero hay que decirlo todo: la
reforma Soria no afecta a las instalaciones ya construidas -que seguirán beneficiándose de las ayudas hasta cumplir 25 años de funcionamiento-, sino a las nuevas instalaciones. Esa es la razón de que desde que comenzó a rodar la reforma no se hayan construido nuevas plantas.
¿Qué sentido tiene entonces segregar el
negocio de renovables y sacarlo, encima, a
bolsa como si fuera un negocio boyante? Es cierto, hay unos objetivos marcados por la Unión Europea, los
planes 20/20, que marcan que en 2020 el 20% de la producción eléctrica sea de origen renovable. Pero no parecen suficientes razones, sobre todo si tenemos en cuenta que ya habíamos llegado prácticamente a esa meta (19%) con las instalaciones existentes.
Otra cosa es que esas instalaciones, que proliferaron a raíz del estandarte verde de
Zapatero, sean viables o hayan quebrado, estén ahogadas por la deuda o necesiten nuevas inversiones. Es lo que vino a plantear el lunes pasado
José López Tafall, presidente de la
Asociación Empresarial Eólica: pedía correcciones a la reforma para recuperar así la confianza, y que el sector pueda atraer los 7.000 millones de inversiones que necesita hasta 2020 para poder instalar entre 5.000 y 6.000 megavatios.
En esa línea, el lunes pasado,
José López Tafall, presidente de la Asociación Empresarial Eólica, pedía correcciones a la reforma para recuperar así la confianza, y que el sector pueda atraer los 7.000 millones de inversiones que necesita hasta 2020 para poder instalar entre 5.000 y 6.000 megavatios.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com