Pedro Sánchez, su ministro de Interior, Fernando García-Marlaska, el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, con el apoyo inefable de Televisión española han puesto en marcha una de las mayores manipulaciones informativas que se recuerdan en toda la historia de la democracia española: ahora resulta, atención, atención, que quienes han incendiado Barcelona y convertido Cataluña en una jungla que produce pánico, no son los independentistas sino los “fascistas”.

Naturalmente, esta visión tan ajustada a la realidad se completa con una curiosa auto-ubicación, en la que el PSOE se sitúa entre dos extremismos: los nazis asesinos que perseguían y golpeaban a los pobres luchadores antifascistas. El está en el centro progresista. El resto, incluidos PP y Cs, son ultras.

Los pareados de Sánchez dedicados a Torra: ‘tras la sentencia, convivencia’, ‘proporcionalidad, no impunidad… volátil, que no versátil". Marlaska dictamina: “se puede ir a Barcelona con total normalidad”. Gan credibilidad

Todo esto en un ambiente tan solemne que roza el ridículo, RTVE le daba cobertura a Gabriel Rufián y el conductor de Los Desayunos, Xavier Fortes, le arengaba, para que soltara sus rufianadas: eran nazis venidos de fuera de Cataluña (seguramente traídos por Vox) quienes pegaban a los pacíficos independentistas.

Es más, en RTVE-24 horas repitieron los de aquel nazi que había golpeado a una anti-fascista. Pues de eso se trata: de sufridos luchadores antifascistas. Ni antes de la caída del muro nos hubiéramos atrevido a tanto.

El propio Marlaska, inició la mañana con una rueda de prensa en Moncloa donde habló de fascistas como si lo que está ocurriendo en Cataluña fuera una explosión ultra. Y ya en plena alucinación, el titular de Interior del Gobierno socialista dictaminaba que “se puede visitar Barcelona con total normalidad”. Gran credibilidad.

Puchi queda en libertad -no podía ser de otra forma- pero no podrá salir de Bélgica

Y desde Bruselas, Pedro Sánchez, sólo a un paso del ridículo, se convertía en el Rey del pareado dedicados a Quim Torra. Ojo al dato: ‘tras la sentencia, convivencia’. Y otro, apenas inferior en ritmo y métrica: ‘proporcionalidad, no impunidad’. En resumen estamos ante un Sánchez moderado. Eso sí, más volátil, que versátil.

En el entretanto, Puchi queda en libertad -no podía ser de otra forma- pero no podrá salir de Bélgica. Hasta la justicia belga, que más que lenta es paralítica, empieza a reaccionar.

Y para compensar… desenterramos a Franco: ganaremos la gran batalla sobre un muerto de hace 42 años. Eso compensará la posible pérdida de votos por el hecho catalán, será como ha dicho otra ministra Sánchez, la inefable Dolores Delgado, la “primera victoria de la España vencida”. Y así es, sobre un cadáver de hace 42 años. Puro heroísmo. Eso sin duda, traerá muchos votos al PSOE, el voto de los españoles resentidos. Eso sí, resentidos y moderados.

Y para compensar… desenterramos a Franco: ganaremos la gran batalla sobre un muerto de hace 42 años

En resumen, Sánchez insiste en la teoría 2+2=5. Ya saben: siempre que un majadero asegura que dos más dos son seis y un sensato le corrige asegurando que dos más dos son cuatro, surge un progresista que, en pro del diálogo y la moderación acaba concluyendo que dos más dos son cinco.

Ese es Pedro Sánchez.