Ferroglobe, la actual joya de la corona del Grupo Villar Mir (o eso parecía) y de la que posee el 55%, ha anunciado el lunes por la noche que ha vendido su filial Ferroatlántica al fondo TPG por 170 millones de euros. La operación es un paso importante en la jibarización del Grupo dueño de OHL, Fertiberia e Inmobiliaria Espacio.
La venta de Ferroatlántica, que tendrá que ser aprobada por las autoridades competentes, supone la enajenación de 10 centrales hidroeléctricas (167 megavatios de generación combinada) y de la fábrica de ferroaleaciones Cee-Dumbría (La Coruña). Ferroglobe vende pero se queda: suministrará las materias primas al tiempo que será el único receptor de los productos terminados de Ferroatlántica.
La operación entra dentro de las desinversiones previstas por el grupo para hacer frente a la deuda, entre la que están los 119 millones de euros que debe a OHL y que vence en 2020, aunque en este caso la deuda que acecha es la de la propia Ferroglobe. Reducir la deuda es bueno, pero mejor hubiera sido no tenerla.