El exministro Bernat Soria cobró más de 1,2 millones de euros desde mayo de 2009 como directivo en la Fundación Progreso y Salud de la Junta de Andalucía, un ente adscrito a la entonces consejera de Salud y Consumo, María Jesús Montero, actual ministra de Hacienda y candidata del PSOE al Congreso por Sevilla, según informó ABC recientemente.
Pues bien: este mismo medio, ABC, añade hoy que la Fundación Progreso y Salud prescinde de sus dos investigadores mejor pagados por el incumplimiento de sus contratos: Bernat Soria Escoms, ministro de Sanidad (2007-2009) en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y el profesor británico Shomi Bhattacharya, director del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer), según informaron fuentes cercanas a la Fundación Progreso y Salud.
La Junta aprobó ayer rescindir el contrato de Bernat Soria porque desempeñaba «una profusa actividad privada» —en empresas vinculadas a él o a su hija— «incompatible» con su contrato público.
El patronato de esta entidad adscrita a la Consejería de Salud y Familias aprobó ayer rescindir el contrato de Bernat Soria porque desempeñaba «una profusa actividad privada» —en empresas vinculadas a él o a su hija— «incompatible» con su contrato público. Además, la entidad ha iniciado los trámites para comunicar la finalización de su contrato estrella, por el que percibía 150.000 euros brutos anuales, el doble de lo que cobraba como ministro (81.155 euros anuales). Bernat Soria ha cobrado más de 1,2 millones de euros desde mayo de 2009 en la fundación autonómica.
Como desveló ABC, cuando el anterior Gobierno de Susana Díaz estaba en funciones y a punto de perder el poder por el pacto del PP y Ciudadanos, el 8 de enero pasado, la gerencia de la fundación le abrió un expediente informativo por un posible conflicto de intereses y «quebranto de la buena fe contractual, lealtad, normativa de incompatibilidades y compromiso de exclusividad».
Y como ha publicado Hispanidad, Bernat Soria utilizó células madre de embriones humanos como cobayas de laboratorio, prometiendo que iban a curar enfermedades, cosa que no se ha demostrado. Al revés de lo ocurrido con las células madres adultas, que no matan a nadie y que han tenido éxito en distintas terapias.
Soria, icono del progresismo de los gobiernos Zapatero, no ha logrado nada en el campo científico, pero su paso por el Ministerio de Sanidad con el PSOE le ha resultado muy lucrativo. La utilización de embriones humanos se ha convertido en la mayor estafa científica del siglo XXI. Eso sí, Soria, un investigador fracasado, se ha hecho un nombre gracias a la matanza de embriones humanos, además de forjar su fortuna personal.