La carta abierta a Sánchez, Casado y Rivera, del candidato a la Alcaldía de Barcelona por Ciudadanos, el masón Manuel Valls, ex primer ministro de Francia, llamando a la unidad de PSOE, PP y Cs contra los populismos de izquierda y de derecha (Podemos y Vox) refleja perfectamente la oferta masónica para la España actual, que no deja de ser la oferta masónica de siempre: hacia el laicismo, de corte capitalista y centralista. Es, en definitiva, una oferta muy constitucional, políticamente moderada, económicamente capitalista y radical en su cristofobia. Masonería en estado puro.
No podía faltar el apoyo del financiero más utilizado por el Nuevo Orden Mundial (NOM), George Soros, convertido ahora en un entusiasta –ya veremos si financiador-, de la formación de Albert Rivera.
Lo del ex primer ministro francés, apoyado por George Soros, es una apuesta del jacobinismo del siglo XXI: anticlerical, antiliberal y centralista
Un Rivera, que, por cierto, ha repetido que no pactará con Pedro Sánchez… pero no ha dicho nada de no pactar con el PSOE. Omisión relevante, porque descubre el quid de todas las conjuraciones masónicas (los hijos de la viuda son la historia de una conspiración permanente contra la civilización cristiana): ¿Quién manda?
Traducido: el líder de Ciudadanos –también próximo a la masonería- está dispuesto a pactar –ya lo hizo- con el PSOE para obtener el poder, pero no con Sánchez. Sencillamente, porque el problema de las conspiraciones radica en quién es el jefe de la tal conspiración.
Y un Rivera que juega a quitarle votos al PSOE y al PP, mientras la formación de Pablo Casado –donde también existen quienes apoyan la eutanasia de la vía Manuel Valls- se queda sin sitio ideológico ente Cs y Vox.
Y el problema es el de siempre con las conjuras masónicas: ¿quién manda? Tanto Sánchez como Rivera aceptan el envite… pero sólo uno puede ser presidente
Un detalle, Ciudadanos fue recibido con golpes en las manifestaciones feministas, siempre pacifistas pero nunca pacíficas, como ocurre con el separatismo catalán- del 8-M pero se empeñó en participar en ella y, a posteriori, no ha dejado de repetir que su participación ha sido un éxito. Si algo han aprendido las logias es a correr presuroso en socorro del vencedor en cada momento histórico. Ahora toca feminismo.
En cualquier caso, la unidad PSOE-PP-Cs utiliza como señuelo la unidad de España frente al separatismo catalán: españoles, tenemos que unirnos contra los que quieren romper la España constitucional. Este llamamiento, en un país harto de un independentismo catalán que ya se ha vuelto, antes que ninguna otra cosa, atrabiliario e insufrible, sin duda cuenta con seguidores.
En definitiva, los masones, con Ciudadanos como instrumento para gobernar España, pretenden cambiar el frentepopulismo de la moción de censura por un centralismo cristófobo conformado por todas las fuerzas ‘moderadas’: el trío, tridente o troika formado por PSOE, PP y Cs.
En el fondo se repite el errado grito de Calvo Sotelo: antes la España roja que la España rota.
Una de las claves del éxito de la operación radica en que Pablo Casado despierte de su abotargamiento ideológico. Debería hacerlo cuanto antes. De otra forma pude acabar convirtiéndose en el tonto útil, más tonto y más útil, de la derecha española, el que se dejó manipular por la masonería.