El consumo de cemento en España ha caído un 2,9% en junio, situándose en 1.213.905 toneladas, 35.806 toneladas menos que en el mismo mes del pasado año, según los últimos datos de la Estadística del Cemento. Tras la fuerte desaceleración sufrida en los meses de abril y mayo, esta es la primera caída del consumo mensual de cemento que se produce desde noviembre de 2018. Frente a los datos del primer trimestre del año, el consumo de cemento en los meses de abril, mayo y junio se ha desacelerado un 4%. “A pesar de la positiva evolución de la vivienda, la no reactivación de la obra pública y el retraso en la ejecución de la obra ya licitada está ralentizando el crecimiento del consumo de cemento”, explica el presidente de Oficemen, Jesús Ortiz.
En lo referente al mercado exterior, las exportaciones —que encadenan ya 25 meses en números rojos— se han reducido en junio un 32%, situándose en 450.728 toneladas, 211.174 toneladas menos que en el mismo mes de 2018. En el acumulado del año, al cierre del primer semestre, se han perdido ya 895.381 toneladas respecto al mismo período del pasado año, lo que supone una caída cercada al 22%. “Si perdemos casi 900.000 toneladas en exportación y solo ganamos 750.000 en el mercado doméstico, a nuestra industria no le salen las cuentas”, afirma Ortiz, que añade que “esta situación se suma además al aumento que se está produciendo en las importaciones en los últimos meses provenientes de terceros países en los que no se penalizan las emisiones de CO2 y cuyos costes energéticos son muy inferiores a los nuestros”.
“Las importaciones alcanzan, en ritmo anual, el equivalente de la producción media de dos fábricas de cemento”, añade Ortiz. En lo que va de año, han crecido un 92%, con un volumen total de 436.407 toneladas, lo que supone un aumento de casi 210.000 toneladas frente al pasado año. “Si sumamos esta cifra de importaciones a la pérdida de producción derivada de la caída de las exportaciones, nos encontramos con un total de 360.000 toneladas de cemento que nuestra industria, centenaria y generadora de empleo de calidad, está dejando de producir y ese es un lujo que no nos podemos permitir”, explica el presidente de Oficemen.