Por vez primera en una década, durante 2017 los niños nacidos en España no alcanzaron los 400.000, mientras los fallecidos se dispararon hasta los 423.000. Es el fiel reflejo de una sociedad egoísta: los españoles se niegan a tener hijos (aunque es cierto que se lo hemos puesto muy difícil) y la España que dibujan es una España envejecida, enferma, sin vitalidad, con un Estado quebrado.

Otra verdad que nos negamos a aceptar: la incorporación de la mujer al mundo laboral ha hecho que la natalidad caiga en picado. Cospedal y Soraya: un hijo por pareja

Ese Estado no puede solucionar una crisis que dispara el gasto público en pensiones y en sanidad para los ancianos. Sencillamente, esta crisis económica, la mayor desde el final de la II Guerra Mundial, no tiene solución. El Estado ha sido antinatalista y ahora está asfixiado.

Y otro efecto perverso: para pagar pensiones y sanidad, el Estado aumenta sin cesar los impuestos laborales, lo que provoca una economía sumergida y unos salarios de subsistencia que hacen muy difícil formar una familia numerosa.

El feminismo ha creado la imagen de que tener hijos es reaccionario y propio de mujeres estúpidas

En las grandes crisis surgen las grandes mentiras. Verbigracia, otra verdad que nos negamos a aceptar: la incorporación de la mujer al mundo laboral ha hecho que la natalidad caiga en picado. La mujer triunfadora reclamada por el feminismo, con visibilidad, y mucha vanidad, lo reflejan dos arquetipos ahora de moda: Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, aspirantes oficiales a liderar la derecha española: entre ambos matrimonios, exvicepresidenta y exministra de Defensa salen a un hijo por pareja. Entre los cuatro miembros de la pareja, dos hijos. Doña Dolores, doña Soraya: eso no cubre la tasa de reposición de la población.

El Estado también ha sido antinatalista. Y ahora no puede pagar ni pensiones ni sanidad y, encima, fuerza la economía sumergida

El feminismo ha creado la imagen de que tener hijos era reaccionario y propio de mujeres estúpidas. Y tras esa imagen aceptada por millones de féminas, nos encontramos hoy con una mujer muy visible y triunfadora… pero la sociedad se nos ha ido al garete.

A la postre, hay muchas razones para no tener hijos pero la más importante es, sin duda, nuestro feroz egoísmo, bajo la idea, tan feminista como machista, de que los hijos te estropean la vida.