En él, afirma que el PIB real de la zona del euro aumentó un 0,2 %, en tasa intertrimestral, en el tercer trimestre de 2018, tras registrar un crecimiento del 0,4 % en los dos trimestres anteriores. “Los últimos datos han seguido mostrando una evolución más débil de lo esperado como consecuencia de una desaceleración de la demanda externa, agravada por varios factores relacionados con países y sectores específicos. Aunque se espera que el efecto de algunos de estos factores desaparezca, es probable que el impulso del crecimiento a corto plazo sea más débil de lo anteriormente previsto. De cara al futuro, la expansión de la zona del euro seguirá sustentándose en unas favorables condiciones de financiación, las nuevas mejoras del empleo y de los salarios, el descenso de los precios de la energía y la continuada, aunque algo más lenta, expansión de la actividad mundial”.
El BCE añade que la inflación interanual medida por el IAPC de la zona del euro se redujo hasta el 1,6 % en diciembre de 2018, frente al 1,9 % registrado en noviembre, como reflejo fundamentalmente del descenso de la tasa de variación de los precios de la energía. “A tenor de los precios actuales de los futuros sobre el petróleo, es probable que la inflación general siga disminuyendo en los próximos meses. Aunque los indicadores de la inflación subyacente se mantienen en general en niveles moderados, las presiones de los costes laborales continúan intensificándose y ampliándose en un contexto de elevada utilización de la capacidad productiva y de tensionamiento de los mercados de trabajo. De cara al futuro, se espera que la inflación subyacente aumente en el medio plazo, respaldada por las medidas de política monetaria del BCE, la continuación de la expansión económica y el mayor crecimiento de los salarios”.
El BCE añade que la inflación interanual medida por el IAPC de la zona del euro se redujo hasta el 1,6 % en diciembre de 2018
En conjunto, “los riesgos para las perspectivas de crecimiento de la zona del euro se han desplazado a la baja debido a la persistencia de incertidumbres relacionadas con factores geopolíticos y con la amenaza del proteccionismo, las vulnerabilidades en las economías emergentes y la volatilidad de los mercados financieros”, destaca al organismo.
La información disponible desde que el Consejo de Gobierno tomó la decisión de poner fin a las compras netas de activos en diciembre de 2018 sigue indicando “una evolución más débil de lo previsto, debido a una moderación de la demanda externa y a algunos factores relacionados con países y sectores específicos. Concretamente, la persistencia de incertidumbres asociadas a factores geopolíticos y a la amenaza del proteccionismo está afectando al sentimiento económico, añade el BCE en su boletín económico”.
El Consejo de Gobierno confirmó que está preparado para ajustar todos sus instrumentos para asegurar que la inflación llegue a su objetivo
Al mismo tiempo -prosigue el boletín económico de enero-, las favorables condiciones de financiación, la evolución positiva de los mercados de trabajo y el mayor crecimiento de los salarios continúan respaldando la expansión de la zona del euro y el aumento gradual de las presiones inflacionistas. “Esta fortaleza subyacente de la economía refuerza la confianza del Consejo de Gobierno en que continuará la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos, al 2% a medio plazo. Con todo, sigue siendo esencial un estímulo monetario significativo que respalde un aumento adicional de las presiones inflacionistas internas y la evolución de la inflación general a medio plazo. Dicho estímulo procederá de las indicaciones del Consejo de Gobierno sobre la evolución futura de los tipos de interés oficiales del BCE, reforzadas por las reinversiones del considerable volumen de activos adquiridos. El Consejo de Gobierno confirmó que está preparado para ajustar todos sus instrumentos de la manera adecuada, con el fin de asegurar que la inflación continúe avanzando de forma sostenida hacia su objetivo".
“El crecimiento económico mundial se ha ralentizado recientemente en un contexto de incertidumbres geopolíticas y vulnerabilidades en las economías emergentes. El comercio internacional perdió impulso hacia finales de 2018, ya que los riesgos a la baja relacionados con disputas comerciales no resueltas siguieron siendo elevados y el crecimiento en los mercados emergentes se desaceleró. Aunque las condiciones financieras son favorables, en general, la pérdida de dinamismo del crecimiento global ha acrecentado la volatilidad en los mercados bursátiles. China ha adoptado una orientación más acomodaticia de la política monetaria en vista de la ralentización del crecimiento”, asegura también el organismo.